Opinión

ATISBOS

“Pobreza franciscana” no tocará programas clientelares

Rafael Cienfuegos Calderón

De continuar la tendencia del primer trimestre en el manejo del presupuesto que aprobó la Cámara de Diputados para 2022 en la que el gobierno del cambio gastó de más en la asistencia social y las obras del Tren Maya y la refinería Dos Bocas, y redujo los recursos para salud, educación, ciencia y tecnología, atención a desastres naturales, y procuración de justicia, ¿en qué rubros se va a aplicar la “pobreza franciscana? Porque la visión del Presidente transformador es clara: del nuevo recorte al presupuesto federal quedará exento lo básico; “todo lo que tiene que ver con la justicia social, eso no tiene límite. Es para darle más a la gente”. El Informe Trimestral de Finanzas Públicas de la Secretaría de Hacienda del 29 de abril revela aumento en el gasto de las prioridades del gobierno: la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores y la Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente, cuyos apoyos económicos se adelantaron en los primeros meses del año por la veda electoral previa a la Revocación de Mandato. Por ello el gasto de la Secretaría de Bienestar aumentó 40.5% y pasó de 94 mil 827 millones de pesos a 133 mil 211 millones; el de la Secretaría de Energía creció 33 mil 814 millones y de 35 mil 040 millones que le asignaron para el primer trimestre llegó a 68.854 millones. Según Hacienda, la dependencia encargada de la construcción de la refinería Dos Bocas dijo que aumentó su presupuesto por las erogaciones para fortalecer financieramente a Pemex; y  la Secretaría de Turismo subió su gasto 5 mil 939 millones, de 16 mil 176 millones a 22 mil 115 millones, por el encarecimiento en los proyectos de transporte masivo de pasajeros que incluye la construcción del Tren Maya. Y entre las secretarías que tuvieron disminución de su gasto está la de Salud con cuatro mil 383 millones de pesos, porque  las erogaciones para la atención de la salud fueron menores lo mismo que los apoyos para actividades administrativas, y no se ejercieron recursos para fortalecer los servicios estatales de salud. La Secretaría de Educación Pública gastó del presupuesto asignado 87 mil 663 millones de pesos entre enero y marzo, 27% menos en comparación con el monto que le asignaron para el mismo periodo de 2021, porque fueron menores los requerimientos toda vez que los alumnos recibieron clases en línea desde sus casas. Igualmente el ramo general Provisiones Salariales y Económicas tuvo un ajuste a la baja en su presupuesto de cinco mil 068 millones, porque no ejerció recursos para programas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y en el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) el gasto fue menor en 34 mil 300 millones. Así las cosas, todo indica que el recorte al gasto federal para transitar de la “austeridad republicana” a la “pobreza franciscana” se aplicará en los rubros que poco importan al proyecto transformador, aunque sean esenciales,  en tanto que el gasto de los políticamente impactantes y clientelares se mantendrá al alza, lo mismo que el dinero que sea necesario para las obras faraónicas porque la prioridad es que se concluyan en el tiempo previsto.

 

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