Opinión

Dudan cambios del PRI

Los partidos políticos son entidades de interés público. Establece la Constitución. Bajo este criterio, cuanto ocurra en su interior, normado por estatutos de observancia sin discusión, lo demuestran actuaciones del Tribunal Federal Electoral, es del interés de todos. De ahí que veamos con atención, o debiéramos hacerlo, cuanto sucede en cada una de esas organizaciones políticas registradas ante el Instituto Federal Electoral, desde una visión ciudadana. Por no decir, desde la perspectiva de los gobernados todos.

Los partidos políticos tienen estatutos, declaración de principios, programa de acción, código de ética, y, en procesos electorales, la plataforma que presentan. Están obligados a cumplir lo que se conoce como “documentos básicos”.

El Partido Revolucionario Institucional realizará su Asamblea Nacional los días 1 y 3 de marzo. La clausura coincidirá con la fecha de la celebración del aniversario número 74 de la fundación de su antecedente, el Partido Nacional Revolucionario. Después sería el Partido de la Revolución Mexicana. El nombre de la institución, en cada tiempo, corresponde a la realidad política económica y social del Estado Mexicano.

México ha cambiado. Nuestro Estado acusa una transformación continua, como ocurre con todos. Imperceptible para algunos, no para los actores políticos (se supone, hay quienes ni siquiera saben dónde están parados) ni para los observadores atentos o especializados en acontecimientos del hacer público. Simplemente véanse reformas electorales que han sucedido en el México postrevolucionario: el voto a la mujer en 1953, iniciativa del presidente Adolfo Ruiz Cortines; los diputados de partido en la gestión de Adolfo López Mateos; el voto al cual tuvieron derecho los jóvenes, a los 18 años, en 1969, al final del régimen de Gustavo Díaz Ordaz; la LOPPE, Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales, de Luis Echeverría; el COFIPPE, Código Federal de Instituciones Políticas y Procesos Electorales; el Instituto Federal Electoral; el pluralismo político que dio lugar al espectro de partidos que hoy tenemos, 7 representados en la Cámara de Diputados y en la de Senadores, más los que se agreguen entre las organizaciones solicitantes de registro.

Muchas más transformaciones políticas, sociales, económicas han ocurrido en apenas cinco décadas, lapso muy corto en la vida de los pueblos. El surgimiento de organismos autónomos como la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el Instituto Nacional de Acceso a la Información, el mencionado Instituto Federal Electoral. La apertura religiosa cuenta. El boom petrolero, su caída y la lenta recuperación posterior: del “México, un Golfo Pérsico”, Washington Post, 1976, a un declive discutible pasando por “la administración de la abundancia” y el incendio del Ixtoc. De la banca estatizada a su devolución a particulares y entrega, mayoritaria, después, a financieros extranjeros. Del problema de caja en el régimen de Miguel de la Madrid a 176 mil millones de dólares en las reservas del Banco de México. No menor es el cambio demográfico, en números y en estructura.

Acerca de Hector Villar Barranca

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