Opinión

ATISBOS

No votar quebranta la Constitución

Rafael Cienfuegos Calderón

En los procesos electorales que se celebran en México cada tres y seis años los ciudadanos se convierten en auténticos actores políticos que con su voto libre deciden quién será presidente municipal, alcalde, regidor, diputado local y federal, y presidente de la República, gobernador y senador. Las elecciones sustentan la estructura política país y son el medio para que haya democracia, y el voto, es la expresión de confianza de la gente hacia los contendientes y partidos políticos. Ulrich Richter, autor del “Manual del Poder Ciudadano. Lo que México Necesita”, plantea (El Universal 14-02-2021)  que el voto es una prerrogativa,  a la vez que una obligación. No acudir a votar implica quebrantar un deber ciudadano y, de este modo, el abstencionismo no sólo es desinterés o apatía, sino también una violación a la Constitución y un acto antidemocrático. El voto no es opcional, y no hay que verlo como una simple papeleta con nombres de personajes, algunos de dudosa reputación a quienes la mayoría de las veces ni siquiera conocemos; tiene múltiples consecuencias directas e indirectas en nuestra vida (porque) lo que está en juego es, en cierta medida, el destino de los mexicanos, por ello es importante. Esta opinión es válida por el sustento legal que tiene y es atinada porque abona a crear conciencia cívica. Y a unos días de la contienda política  más grande con 20 mil cargos en disputa, 16 gubernaturas, 500 diputados federales –cuya mayoría le son vitales a la Cuarta Transformación-, y 93 millones de electores registrados en el padrón, el Presidente hace campaña dese la semana pasada con llamados a la gente para que acuda a votar masivamente a favor de la democracia, porque –afirma- en México no la hay, y advierte que no hacerlo abre la posibilidad al fraude mediante el que los opositores al gobierno quieren apoderarse de la Cámara de Diputados para cancelar el presupuesto de las pensiones que reciben los adultos mayores, las personas con discapacidad, los jóvenes y estudiantes. Ayer en la mañanera mencionó que los únicos momentos de esplendor democrático fueron con Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Francisco I. Madero, en el año 2000 cuando el partido dominante (PRI) perdió por primera vez la presidencia, y en  la elección presidencial de 2018 –cuando ganó con 53% de votos-.

 

 

Acerca de Juan Carlos Machorro

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