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Integración de la LXII Legislatura

La Cámara de Diputados recibió del Instituto Federal Electoral, la semana que concluye, las constancias de mayoría y validez de los candidatos a legisladores, derivadas del proceso electoral federal del 1 de julio pasado. Con ello comenzó, formalmente, el proceso de integración de la LXII Legislatura. Cubierto el requisito se empezará a tramitar el registro de diputados, señaló el Dr. Fernando Serrano Migallón, secretario general de la Cámara.

El lunes, Edmundo Jacobo Molina, secretario ejecutivo del IFE, hizo la entrega simbólica del primer expediente al doctor Serrano Migallón. Recibidos los certificados de mayoría se comienza a tramitar el registro de los diputados para entregar las actas, y las credenciales, a partir de agosto.

La documentación corresponde a los 300 consejos distritales. Los de representación proporcional, plurinominales, será esta semana. Es el principio del proceso de renovación. Hacia la constitución de la LXII Legislatura.

El Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales establece, en su artículo 301, que los presidentes de los Consejos Distritales, integrados los expedientes, remitirán a la Cámara de Diputados copia certificada de la constancia de mayoría y validez de la fórmula de candidatos a diputados de mayoría relativa que la hubiese obtenido.

Edmundo Jacobo Molina; Miguel Ángel Solís Rivas, director Ejecutivo de Organización Electoral del IFE, y el doctor Serrano Migallón, atestiguaron el proceso constitucional de entrega de los expedientes de los legisladores electos, por parte de los vocales ejecutivos de los Consejos Distritales.


El evento referido es de la mayor relevancia republicana. Es la renovación del poder, de los tres que componen el gobierno federal, representación por excelencia del pueblo mexicano. En su funcionamiento, eficaz, descansa la buena marcha del país. A esta LXII Legislatura, a los grupos parlamentarios que la integran, le confía la nación la construcción del andamiaje legal que permita recuperar el tiempo perdido, la tranquilidad perdida, la calidad de vida igualmente perdida, en tres regímenes presidenciales sucesivos.

No sólo se trata de promover reformas a las leyes, entre ellas las llamadas estructurales, y formular la Ley de Ingresos, sino de cumplir con otras tareas que corresponden al poder legislativo: aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación, vigilancia del ejercicio presupuestal, evaluación del desempeño de los poderes, todos, y ejercer puntualmente las atribuciones de control sobre las acciones de gobierno; cumplimiento pleno del Plan Nacional de Desarrollo y de los programas sectoriales, de sus metas y objetivos

La calificación que los gobernados otorgan al poder legislativo es muy baja. Reprobatoria según encuestas y opinión en medios académicos, empresariales, informativos y aún gubernamentales. A diputados y senadores se les escatima el poco o mucho reconocimiento que su actuación mereciera, pero las voces de repudio por omisiones, abusos, irresponsabilidad, supuesta o real, alcanza cada vez más tonos mayores.

Ciertamente, hay poderes llamados fácticos cuyo afán es descalificar al poder legislativo, disminuirlo, con la finalidad de instituirse como un poder superior. Pero pareciera que hay entre algunos de quienes llegan a la representación popular carencia total de idea, sentido y sentimiento de lo que semejante responsabilidad implica.

Ojalá que la visión de estadista que asoma en Enrique Peña Nieto, virtual triunfador de la contienda electoral, encuentre cabal réplica en el Congreso de la Unión.

Acerca de Hector Villar Barranca

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