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“Fábricas de cachorros”… ¿Cómo detenerlas?

Por: Dra. Claudia Edwards, veterinaria y directora de programas de Humane Society International México (HSI/México)

En los últimos años, muchas personas han decidido compartir su vida con un animal de compañía. En nuestro país el perro es sin duda el más solicitado por la población, ya sea grande, pequeño, o de raza pura. Algunas personas incluso desean tener aquel que vieron en las redes o en revistas.

La búsqueda de un cachorro con determinadas características ha potencializado la existencia de las llamadas “fábricas de cachorros”, que no son más que instalaciones para criar, en pésimas condiciones, a cientos de perros para su comercialización.

Los cachorros, junto con sus madres, pasan parte de su vida al interior de instalaciones en jaulas pequeñas, hacinados en la suciedad, sin atención médica ni alimentación adecuada, enfermos (las infecciones en oídos y de ojos, así como la sarna, son algunas de las enfermedades más comunes), y en muchas ocasiones sin un resguardo frente a las condiciones climáticas.

En el marco del Día Mundial del Cachorro, que se conmemora el 23 de marzo, queremos que los perros no sigan sufriendo de maltrato. Por ello, te dejamos algunas recomendaciones para evitar que estos sitios sigan existiendo.

No compres en criaderos clandestinos: En estos lugares las madres pasan la mayor parte de su vida gestando y en condiciones que les causan mucho sufrimiento. Cuando ya no son funcionales, son “desechadas” en pésimas condiciones físicas y de salud.

No compres en tiendas de mascotas: En la mayoría de las ocasiones los perros vienen de las “fábricas de cachorros” o de centros de acopio. Muchas de las tiendas te venden al perro con una garantía, ya que muchos vienen en mal estado de salud y al poco tiempo enferman o hasta mueren.

No compres por Internet: Muchos de los sitios que ofertan cachorros contienen publicidad engañosa. Al momento de la entrega, el cachorro no corresponde al seleccionado por Internet, presentan diversos problemas de salud y, en la mayoría de las situaciones, el vendedor no se hace responsable de esa venta.

No compres en mercados, tianguis ni en la vía pública: En muchos Estados de la República esto está prohibido, por lo que además de ser cómplice del sufrimiento de los animales serás cómplice de un delito.

Denuncia: Si sabes de lugares clandestinos o eres testigo del sufrimiento de madres y cachorros, denuncia de manera anónima ante las autoridades de tu localidad. Ellos sabrán cómo actuar para ayudar a evitar el maltrato.

Adopta: Cientos de perritos están esperando un hogar y una familia en diversos albergues del país. Puedes investigar cuáles de ellos están legalmente establecidos, y los requisitos para poder llevarte a un cachorro para que conviva contigo y tu familia.

Si has decidido comprar: Hazlo en criaderos autorizados, verifica que tanto los padres como el cachorro tengan buen estado físico y de salud y que vivan en buenas condiciones. Exige una cartilla para que lleves el control de sus visitas al médico veterinario.

Recuerda además que los establecimientos o personas que vendan perros deben cumplir con la Norma Oficial Mexicana NOM-148-SCFI-2008, Prácticas comerciales- Comercialización de animales de compañía o de servicio, y prestación de servicios para su cuidado y adiestramiento, y en la Ciudad de México la Ley de Protección a los Animales en su art. 28 bis dice que los animales se deben vender esterilizados.

Si ya decidiste compartir tu vida con un cachorro, considera que:

Tendrás una amistad a largo plazo: Debes tener presente que será tu compañero por al menos 15 años y, durante este tiempo, deberás brindarle las condiciones óptimas para su buen desarrollo, crecimiento y salud tanto física como emocional.

Deberás esterilizar: Evitarás crías no deseadas, ayudarás a disminuir perros en situación de calle o abandono, evitarás enfermedades, reducirás problemas de comportamiento y te convertirás en una persona responsable.

Sé paciente: Los cachorros son muy inquietos, mordelones y lleva tiempo enseñarlos a orinar y defecar en el lugar adecuado. Ser paciente y asesorarte con un etólogo les ayudará a disfrutar esta parte de su vida.

Esperamos que esta información te ayude a tomar la mejor decisión al momento de querer compartir tu vida con un perrito. Recuerda que existen diversos lugares que no están permitidos y que en ellos hay cientos de cachorros que viven situaciones difíciles. Con tu decisión puedes evitar no ser parte de esta cadena de sufrimiento.

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