Notas

Onerosos cobros en bancos y energéticos

Alemania se declaró en recesión pese a tener la economía más sólida de Europa. Japón, el poderoso del Lejano Oriente y poseedor de cuantiosos capitales dentro y fuera de su país, asumió la misma medida. Estados Unidos se resiste a reconocer esa realidad, pero los principales economistas del decaído imperio afirman que desde abril pasado ingresaron al oscuro túnel de la parálisis.
En México, como si viviéramos en un edén ajeno al Planeta, se nos dijo hace meses que aquí no pasaría nada porque la economía está blindada. Consideró el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, que sólo sufriríamos un «catarrito» o, si acaso, habría que brincar un «charquito».
A la fecha se insiste que todo va bien porque «México tiene rumbo», «tiene futuro». Son frases en las cuales cree mucha gente, ajena a la realidad.
En el otrora poderoso país del norte, la industria retrocede a ritmo de 4.1% y, según analistas de allá, el sector no agrícola se contraerá a razón de 222 mil 400 empleos por mes de aquí a fin de año y los siguientes pueden ser peores.
A la quiebra de los principales bancos se agrega la devastadora crisis automotriz estadounidense, la cual registra una baja de 18% en este año. De hecho están quebradas General Motors, Ford y Chrysler Y les falta lo peor.
Es tan grave la situación de esas empresas que el presidente electo, Barack Obama, solicitó al saliente W. Bush asistencia urgente para la industria de los vehículos, pero el tejano se salió por la tangente y dejó al propio Obama el paquete de los 700 mil millones de dólares aprobados por el Congreso de EU y sea él quien haga los rescates que le plazcan
El principal banco estadounidense, Citigroup, anuncia el despido de 52 mil empleados, en un esfuerzo desesperado por ponerse a flote. A fines del año pasado daba trabajo a 375 mil personas y en estos días se va a quedar con 300 mil, debido a sus recortes.
En México, Banamex ni se da por enterado del cese masivo, siendo propiedad de Citigroup. Si acaso dijo que los despidos serán en Nueva York y Londres. Lo dice porque, en virtud de las altas comisiones impuestas a sus cuentahabientes, es el negocio más redituable para el banco gringo.
Banamex era la principal institución mexicana y su propietario, Roberto Hernández, lo vendió a Citigroup, sin pagar impuestos a la Federación, merced a la trampa de meter sus acciones a la Bolsa Mexicana de Valores, donde los poseedores de la papelería bursátil no reciben cargas fiscales. De esa desvergüenza son los manejos en este país de magnas corrupciones.
Los mismos banqueros se encargan de exaccionar a sus cuentahabientes a través de las variadas y onerosas comisiones, permitidas por la Secretaría de Hacienda y el Banco de México.
Según información del periódico «Reforma», Banorte aplica 43 comisiones y cobra hasta 850 pesos por sobregiro con cheque y 150 pesos por cheque devuelto.
El mismo banco aplica 6 pesos por cheque librado, 120 a cada cheque certificado, 30 por consultar movimientos en ventanilla y 56 por el depósito de otro banco. Banorte es el único banco mexicano y si realiza esa clase de cobros, probablemente está en problemas ¿Pero por qué lo permite Hacienda y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores?
Volvemos a Banamex. Con su cuenta «Perfiles» acumula 22 comisiones y castiga con 850 pesos en cada intento de sobregiro, 6 por cheque librado,100 por aclaraciones improcedentes y 30 en cada estado de cuenta entregado en sucursal. Y HSBC nos deja estupefactos con su cobro de 19.95 por retiros en cajeros automáticos.
Así nos tienen a los mexicanos. Por un lado, tarascadas de banqueros y, por el otro, constantes elevaciones de gasolinas, gas y energía eléctrica. Pero tenemos futuro…

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