En Ambiente

Protestas contra la licitación de petróleo y gas en Rio

Impedida de entrar en la sala reservada para la subasta de la Agencia Nacional de Petróleo y Gas (ANP por sus siglas en portugués), en Rio de Janeiro, la sociedad civil brasileña dio su recado al gobierno: ¡Basta de producir energía con combustibles fósiles! Cerca de 180 activistas, entre líderes indígenas, pescadores/as, agricultores/as y representantes de diversas partes del país, movilizados por 350.org Brasil y COESUS – CoalizãoNãoFracking Brasil pelo Clima, Água e Vida -, protestaron contra las licitaciones para la venta de bloques para la explotación convencional y no convencional de petróleo y gas en el país.

La 14ª Ronda de Licitaciones ofertaba 287 bloques en 11 cuencas sedimentarias terrestres y marítimas de varias regiones del país.  Los/las activistas llevaban pancartas que decían “¡Licitación fósil, no!”, “¡El futuro de Brasil es renovable!” y “Petróleo, gas, carbón: aquí hay corrupción”.  El objetivo era mostrar a la población, a los inversores y al gobierno federal que la agenda de las licitaciones ignora la demanda global por un nuevo modelo de desarrollo económico-energético que sea sostenible, libre y accesible para todos y todas.

“Al continuar priorizando los proyectos ligados a los combustibles fósiles en lugar de iniciar la tan necesaria transición hacia una economía basada en energías renovables, justas y libres, el gobierno brasileño está haciendo un gran daño no solo a sus ciudadanos, sino a la población de todo el mundo.  Las licencias de petroleo y gas que se ofertan aquí ponen en riesgo la biodiversidad y las comunidades en un área total de mas de 120.000 km²”, afirmó Nicole Figueiredo de Oliveira, directora de 350.org Brasil y América Latina.

La Fundación Internacional Arayara, miembro de COESUS, presentó una Acción Civil Pública pidiendo que se cancelara la 14ª Ronda por que esta permitía, a pesar de no decirlo explícitamente en el edicto, la posibilidad de la explotación de petróleo y gas de esquisto mediante el método de fractura hidráulica, más conocido como fracking. La acción judicial también pide la suspensión de todos los efectos derivados de los contratos de concesión resultantes de la licitación firmados entre la ANP y las empresas interesadas en los bloques para la explotación por fracking.

“La industria fósil deja rastros de destrucción en Brasil y en todo el mundo, además de estar involucrada en escandalosos casos de corrupción.  Incluso así, el gobierno brasileño continúa fortaleciendo estas empresas, que son los principales responsables de la crisis climática global.  Ellos intentan silenciarnos, pero seguiremos presionando para que el gobierno honre los compromisos asumidos fuera y dentro del país.  No hay manera de combatir el calentamiento global explotando petróleo y gas, mucho menos dejando que el fracking tome nuestras tierras, contamine nuestra agua y nuestro aire, colocando nuestra producción de alimentos en constante riesgo”, defiende Juliano Bueno de Araújo, coordinador de campañas climáticas de 350.org Brasil y fundador de COESUS.

Además de la denuncia, se expidieron documentos que demuestran la inviabilidad del fracking, como artículos científicos, la Acción Civil Pública que ya se intentó con el mismo objetivo en el Ministerio Público Federal de Presidente Prudente relativa a la 12ª Ronda, y, especialmente, el Dictamen Técnico Preliminar elaborado por el Grupo de Trabajo Interinstitucional de Actividades de Exploración y Producción de Petróleo y Gas (GTPEG por sus siglas en portugués) a petición de la ANP, que evidencian todos los perjuicios que están por venir con la instalación del fracking en el país.

La denuncia también hace referencia a otras Acciones Civiles Públicas que suspendieron con carácter preliminar los contratos entre la ANP y las empresas vencedoras en las licitaciones en estados como, por ejemplo, Alagoas, Sergipe, Piauí, Bahía y Paraná.  En este último caso, la sentencia contra el  fracking  ya fue evaluada y la suspensión se mantuvo.

“El pueblo brasileño quiere una producción de energía que no envenene el aire o el agua, que no contribuya a la crisis climática, y que esté libre de corrupción política.  La industria de los combustibles fósiles representa la misma política tóxica que lleva a millones a las calles.  Brasil tiene un enorme potencial para las energías renovables, y el gobierno debe concentrar su atención en atraer inversiones para mejorar este sector y no fortalecer una industria condenada al fracaso en un futuro muy próximo”, completó Nicole Oliveira.

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