Opinión

Paz en la tormenta

 


De acuerdo con el diccionario, paz es: “situación y relación de quienes no están en guerra”. “… tranquilidad… en contraposición a la guerra y a la turbulencia”.


Significa que si no estamos en guerra como  personas, sociedad o nación, ¿debemos  tener paz? Si esto es así, entonces ¿por qué no la sentimos? ¿Por qué tenemos que cuidarnos tanto de día y de noche al salir de casa y al caminar por las calles? ¿Por qué en los hospitales abundan los rostros de tristeza y desesperación? ¿Por qué muchos jóvenes muestran semblantes de frustración y decepción? ¿Por qué la depresión y el estrés son causa de enfermedades hoy día? ¿Por qué tantas ejecuciones, secuestros, robos, desempleo, violencia, corrupción, divorcios, alcoholismo, drogadicción y problemas de todo tipo: económicos, de vivienda, educación, salud, justicia, etc.?  Cuando contemplamos la realidad y vemos que el horizonte del mañana no es promisorio, llegan a nuestro corazón como bálsamo de amor y de consuelo las palabras de nuestro Señor Jesucristo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Jn.14:27). ¿Será posible esto en medio de la tormenta que nos envuelve día a día? ¡Sí, sí es posible! Quien expresó esto es llamado Príncipe de Paz.

Así que Él es el único que puede prometer y dar verdadera paz. Él estuvo en el turbión más horrendo que jamás hombre alguno ha experimentado. Él dejó su trono de gloria en los cielos para venir a nacer en un humilde pesebre. Durante su ministerio terrenal sufrió el desprecio de sus hermanos, el rechazo de multitudes, la traición de uno de sus amigos, el abandono de sus discípulos, los vituperios de sus adversarios, los ancianos y los miembros del concilio pusieron en su cabeza una corona de espinas, le escupieron en el rostro y le dieron de puñetazos, y otros le abofetearon; sufrió el juicio más injusto de la historia, le sentenciaron a muerte y finalmente le crucificaron clavando sus manos y sus pies en aquel madero. ¿Y sabe qué? En todo este suplicio conservó la paz y nunca respondió con maldición, sino que aún en la cruz Él pudo decir: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

Él venció en medio de la tormenta y por eso hoy Él promete su paz. Por eso Él dijo: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn.16:33). Dice el apóstol Pablo: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Fil.4:6-7). Y el profeta Isaías afirma: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos” (Is.26:3-4). ¿Cómo obtener esa paz? Esa paz no la encontrarás en las leyes, en las instituciones o en los gobiernos. La verdadera paz sólo la obtendrás por medio de nuestro Señor Jesucristo.

Él claramente así lo dijo: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz”. No dijo que la paz la tendremos en Pedro, en Juan, en Pablo, en María o en algún otro personaje o deidad, sino sólo en Él; porque sólo Él es el Príncipe de Paz; y por su sacrificio en la cruz conquistó la paz para todos aquellos que gusten Su paz. Querido amigo: La verdadera paz no es ausencia de problemas o de guerras, sino tranquilidad de espíritu en medio de la tormenta. ¡Tú puedes disfrutar esa paz! Reconcíliate hoy con Dios. Entra en amistad con Él y disfrutarás de su reposo y de su paz. Recibe hoy a Cristo en tu corazón. Acéptalo como tu único y suficiente Salvador y tendrás paz, y por ello te vendrá mucho bien. ¡Hazlo ahora!

Noé Díaz Alfaro es Pastor en la
Iglesia Cristiana Interdenominacional, A. R. ser@iciar.gob

 

Acerca de NoeDiaz

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1 Comentario

  1. blancasescrituras

    exelente consejo espiritua muy edificador,
    la biblia te hace esta oserbacion la palabra (aceptal ) no aparece en la biblia como tal es usada hoy dia , Lo correcto esta en evangelio de Juan:1.12,13