Opinión

Lo Cotidiano con Clase

En México hay 11 millones de personas entre 15 y 19 años de edad, de las cuales 5.5 millones son mujeres, casi la sexta parte de la población femenina en edad fértil, por lo que urge implementar programas de educación sexual para combatir el embarazo adolescente y evitar se constituya en un problema de salud pública.

Expertas internacionales y diputadas de la LXII Legislatura coincidieron en señalar que a partir de cifras del Censo de Población y Vivienda 2010, en nuestro país hay 22 millones de menores de entre 10 y 19 años de edad, que representan el 19.6 por ciento de la población.

Dos de cada 10 adolescentes de entre 12 y 19 años han iniciado su vida sexual y en 2012 de acuerdo con cifras del INEGI, se censaron 11 mil niñas de entre 10 y 14 años convertidas en mamás, lo cual es preocupante porque se exponen a daños de salud y deben resistir complicaciones como hipertensión, partos prematuros y la muerte materno-infantil.

La advertencia y la propuesta de contar con políticas públicas y personal educativo que los asesore con información científica y libre de prejuicios ideológicos, tuvo como marco el inicio de la campaña “Recupera una oportunidad” Prevención del Embarazo Adolescente, realizada en el Palacio Legislativo de San Lázaro.

Las diputadas Lucila Garfias Gutiérrez y Verónica Beatriz Juárez Piña de Nueva Alianza y Revolución Democrática, respectivamente, resaltaron que el embarazo en la adolescencia obliga, en muchas ocasiones a abandonar los estudios a una corta edad y en un bajo grado de escolaridad.

Mencionaron que los principales riesgos de salud para las jóvenes madres van desde infecciones, roturas prematuras de membranas, partos anticipados, anemia, desnutrición, bajo peso neonatal y muerte perinatal y depresión, además de otros efectos negativos como el abandono y el maltrato infantil.

Leonor Calderón, representante en México del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), y Regina Tamés, directora del grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), manifestaron que un embarazo en menores, “es el ancla más segura para permanecer en la pobreza” por la deserción escolar, y se convierte en una tragedia, porque muchas niñas de 12 y 13 años en el país son violadas por algún familiar y no se denuncia, considerándolas como las únicas responsables.

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