Opinión

ATISBOS

El “doctor muerte” busca protección política

Rafael Cienfuegos Calderón

El motejado “doctor muerte” -por el ineficiente desempeño que tuvo en la implementación de la estrategia de salud para combatir la peste del covid 19 que fue un fracaso y causó más de 800 mil fallecimiento- quiere incorporarse a la política como jefe de Gobierno de la Ciudad de México para tener fuero y gozar de impunidad.

Busca, arropado por su jefe, el presidente del cambio y el partido del gobierno, protegerse de las 10 denuncias judiciales y civiles que tiene en su contra por negligencia en el ejercicio del cargo, discriminación, violencia política de género y desabasto de medicamentos.

Sí, Hugo López-Gatell, el subsecretario de Salud -médico-científico responsable de atender (¿?) la emergencia sanitaria que provocó la aparición del coronavirus a principios de 2020-, se registró el 25 de septiembre como aspirante a la candidatura de Morena y partidos aliados para competir electoralmente por el gobierno de la capital del país el próximo año.

El hecho no puede menos que calificarse de “cinismo”.

En la Ciudad de México hubo un gran número de fallecimientos a causa del Covid 19, carencia de medicamentos, insuficiencia de camas, respiradores y ventiladores al grado de hacer crisis, y la población, entre quienes se encuentran los deudos, estuvo al tanto de ello, tiene memoria y hasta resentimiento en su contra.

Por eso sorprende –y seguramente causa indignación- que el “doctor muerte” crea que los electores lo respaldarán para convertirse en jefe de Gobierno en caso de ser designado candidato con el visto bueno del presidente, que lo protege y alienta.

El caso es que está en la cuarteta junto a Clara Brugada, Omar García Harfuch y Mariana Boy. Empero lo que realmente quiere es un “hueso” político que le dé fuero en la lógica de que si Morena está dando premios de consolación a los personajes “distinguidos” que aspiran a un cargo y pierden, una diputación plurinominal federal o local o -¿por qué no? hasta una senaduría- le caería bien.

Aunque, contrario a sus aspiraciones, hay hechos que le son adversos y echarían  abajo su descarada ambición:

La irresponsabilidad con que actuó ante la pandemia desoyendo a la Organización Mundial de la Salud para tomarán medidas preventivas; minimizar los efectos del virus a una gripa; rechazar el cubrebocas; negarse a hacer pruebas; reducir a 60 mil las muertes en caso de una situación desastrosa; inventarle “fuerza moral” a su exjefe para eliminarlo como fuente de contagio; negar la falta de medicamentos para cáncer de niños y llamar a sus padres “golpistas” por protestar; calificar de “gran engaño” los consultorios de farmacias a los que acudieron millones de contagiados del “pueblo” que no tienen seguridad social.

Además, las denuncias judiciales por ineficiencias en la gestión de la pandemia, por las que legisladores, pacientes y familiares de los miles de fallecidos pidieron su renuncia y que sea investigado por su probable responsabilidad y corrupción en las compras de insumos médicos para la pandemia.

Aunque las denuncias no habrían dado resultados, el miércoles 10 de mayo de 2023, un juez federal ordenó a la Fiscalía General de la República (FGR) iniciar una investigación contra López-Gatell y otros funcionarios para determinar si incumplió con sus obligaciones al gestionar la pandemia.

Entre 2020 y 2023 se han presentado 10 denuncias penales y civiles contra el subsecretario de Salud, el motejado “doctor muerte”.

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