Opinión

ATISBOS

Mesiánica política exterior del Presidente

Rafael Cienfuegos Calderón

Como si México fuera un país en jauja económica con un Producto Interno Bruto (PIB) que crece 5%, con incremento en la creación de empleos formales y mejora en los niveles de pobreza, el Presidente de la transformación va a transformar la vida de miles de guatemaltecos, salvadoreños, hondureños, beliceños y haitianos, y más adelante cubanos y dominicanos, al financiar la implementación de dos programas que no han probado ser eficaces: Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vida. A eso fue de gira el  presidente mexicano a Centroamérica y el Caribe, a comprometerse, sin que haya traído nada –no hay información oficial- que beneficie significativamente al país. De esta manera el actual gobierno de México se convertirá en salvavidas de esos países, que ciertamente están más rezagados, al impulsar  programas que generen (¿?) empleo para detener la migración hacia Estados Unidos. El 5 de mayo Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, informó que los gobiernos de México y Guatemala acordaron que 25 mil guatemaltecos cotizarán ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a partir de que el programa Sembrando Vida inicie en Chimaltenango; ese mismo día en El Salvador se informó que los programas Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrado Vida han cambiado el rostro de las zonas de extrema pobreza y que 20 mil jóvenes se han beneficiado de la ayuda mexicana. En ese país, según datos oficiales, hay 10 mil perceptores de Sembrando Vida y los 240 dólares de apoyo para cada uno  son depositados por el gobierno de México mediante el Banco del Bienestar y según se ha prometido, la cantidad de beneficiarios se duplicará. Honduras tiene 10 mil inscritos en ambos programas y un presupuesto de 30 millones de dólares proveniente de México. Los gobiernos de Haití y Belice firmaron una carta compromiso para instrumentar Sembrando Vida en su territorio, el de Perú recibió a funcionarios mexicanos para aprender sobre la aplicación de los programas, y según ha dicho el gobierno mexicano, pronto Cuba y República Dominicana también podrán implementarlos (Viri Ríos, Milenio 09-05-2022). El presidente del cambio gasta dinero de los mexicanos para ayudar a pobladores de países “hermanos” y frenar la migración a través de una política mesiánica, pero es “pichicatero” al comprar medicamentos, apoyar a micro, pequeños y medianos empresarios y comerciantes afectados por la pandemia, dar más presupuesto a las escuelas de tiempo completo, a los programas de protección a mujeres violentadas, y no implementa programas no asistenciales que impidan la salida de mexicanos hacia Estados Unidos a causa de  el alto costo de la vida, la sequía y, de manera cada vez más relevante, la inseguridad. De acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), mientras se redujeron los “encuentros” con migrantes de Guatemala, El Salvador y Honduras entre 2019 y 2020, de 607 mil 774 a 96 mil 258, los de mexicanos aumentaron de 166 mil 458 a 253 mil 119. En 2021, casi se triplicó con 655 mil 594 “encuentros, y lo más probable es que siga en aumento, pues durante marzo pasado, la CBP reportó 87 mil 388 “encuentros” (2 mil 818 al día), contra 8 mil 387 con salvadoreños, 16 mil 63 con hondureños y 21 mil 355 con guatemaltecos (Pascal Beltrán del Río, Excélsior 10-05-2022).

 

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