Opinión

ATISBOS

¿Enfrentará Anaya al Presidente?

Rafael Cienfuegos Calderón

Motivado por el antecedente de que en la elección de 2018 recibió 12.6 millones de votos con la alianza PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, Ricardo Anaya regresa a la vida política y quiere ser Presidente de la República. Con una estrategia de ataque contra el gobierno del cambio y quien lo encabeza, como lo muestran los videos con los que reapareció, Anaya buscará atraer a los votantes inconformes, desilusionados y desesperanzados y siendo candidato por segunda ocasión tener su respaldo para ganar la elección. Igual que como lo hizo el aguerrido político opositor que en su tercera candidatura ganó y hoy es el presidente, Anaya bien podría echar mano de los cuestionamientos y las críticas sistemáticas a sabiendas de que son recursos efectivos  para tener presencia entre los electores. Hace unos meses reapareció con una belicosa actitud de confrontación y descalificación de las decisiones y acciones del jefe del gobierno del cambio y se pensó que el objetivo era una diputación federal y el liderazgo de la bancada del Partido Acción Nacional (PAN), para desde esa posición convertirse en el opositor más férreo del presidente aprovechando que cada mañanera da tela de donde cortar con su insistencia en mostrar una falsa realidad en salud, economía, seguridad, y en la lucha contra la corrupción. Pero no, el domingo pasado dijo que no buscará la diputación y que se dedicará a recorrer todos los municipios y estados del país para en el 2024 ser candidato a la Presidencia de la República. Que no la tiene fácil, está claro, pues Emilio Lozoya exdirector de Pemex lo señala como partícipe de la corrupción del sexenio de Peña Nieto al recibir sobornos por 6.8 millones de pesos, y eso es seguro que se usará como contención de sus ataques. Es posible que Anaya piense que está preparado y que le favorece la experiencia de haber competido contra un animal político de la talla del hoy presidente, de quien es posible haya aprendido que cuando se es incisivo y acérrimo enemigo de quien encabeza el gobierno, y terco en denunciar, criticar y evidenciar las fallas y omisiones aquí, allá y acullá los resultados son buenos. Siendo antagónico, Anaya podría ser la piedra en el zapato del jefe del gobierno del cambio y ponerle obstáculos a la Cuarta Transformación, con la salvedad de que ganaría mucho más de lo que pueda perder: notoriedad y seguidores. Sin embargo, tiene que mostrar qué tanto maduró políticamente durante su retiro.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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