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Se estudian las Cofradias de la época de la Colonia en México

La población novohispana (durante le época de la Colonia en México) vivió una gran influencia religiosa lo que repercutió en la proliferación de cofradías promovidas por el clero secular desde el inicio de la Conquista, cuyo auge y práctica en la Nueva España corrió de mediados del siglo XVI hasta finales del XVIII en donde la mayoría de la población perteneció a una o a varias de ellas.

La palabra cofradía (cofrérie) se refiere a una congregación o unión de personas. De acuerdo con el derecho canónico, ésta se define como la reunión de fieles con autoridad competente, que con aprobación del ordinario, fueron establecidas en las iglesias para auxiliar al clero en el sostenimiento del culto; Otras se hallaron contiguas a los hospitales comunitarios fundados en las parroquias con la finalidad de llevar a cabo obras de caridad.

Con el fin de contribuir al conocimiento de este tema y enriquecer el pasado histórico de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ha publicado el volumen “Las cofradías en México, pasado y presente”, de los investigadores Teresa Eleazar Serrano de la Dirección de Etnohistoria (INAH) y Ricardo Jarillo Hernández, quienes exponen que dichas congregaciones no fueron las mismas en tiempo y espacio pues desarrollaron particularidades de acuerdo a su contexto histórico-social.

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Los autores señalan que durante la Colonia, las cofradías, surgieron bajo el requisito de estar aprobadas por la Corona, supervisadas y controladas por la Iglesia a través del obispado del lugar como instituciones reguladoras de los comportamientos sociales, pero también como promotoras de la vida cristiana, como asociaciones de ayuda mutua, o como forma de cohesión social, integración, identidad o reproducción de privilegios lo que permitió a sus integrantes lograr cierta estabilidad social, material y espiritual.

Explican que dichas asociaciones fueron organismos de filiación étnica (españoles, indios, negros, mulatos) o gremiales (sastres, mineros, agricultores) y su desarrollo y auge se debió a su función como instrumento a través del cual cada gremio logró satisfacer necesidades prácticas de la vida cotidiana.

Por ello, las cofradías se caracterizaron por su diversidad; misma que le concedió a cada clan contar con un espacio donde poder continuar con sus tradiciones y rasgos culturales mientras que otras, permitieron consolidar la autonomía de los grupos minoritarios cuya economía se basó en la posesión de tierras y ganado y otras que presentaron cierto grado de independencia frente a los grupos de poder mediante prácticas sociales como las festividades.

Una de sus tareas principales fue la de fomentar la veneración de alguna virgen o santo bajo el compromiso de organizar las fiestas en su honor y asumir la mayor parte de los gastos del cuidado de su imagen; sus atuendos; la administración de sus bienes; y de la caridad y fraternidad que permitió a sus miembros obtener ciertos beneficios espirituales y materiales.

Las cofradías adquirieron gran importancia por tratarse de organizaciones de seguridad social y eclesiástica y eran mantenidas por sus integrantes con remuneraciones regulares a cambio de la remisión de castigos por sus pecados; además, con esta contribución se podía optar por un funeral cristiano, pero si se suspendía, se cancelaba dicho beneficio.

Entre los siglos XVII y XVIII empezaron a surgir agrupaciones mixtas donde se aceptaban a personas de ambos sexos, sin exigencias étnicas ni sociales logrando la unión de hombres humildes con grandes señores, lo que permitió una mayor convivencia social y la proliferación de cofradías en muchos pueblos y barrios; sin embargo, una gran cantidad de ellas no contaban con las licencias necesarias. Un elevado número de cofradías rurales llegaron a solventar sus gastos mediante las contribuciones en moneda y/o con trabajo.

Los especialistas señalan que para mediados del siglo XVIII el sistema de cofradías adquirió un carácter más económico que social, al fungir como reproductor de capitales y realizar préstamos sobre propiedades rurales al 5% de interés anual y al término del siglo, las cofradías estaban sustentadas por los productos de la tierra, campos de tunas, magueyes, capitales, haciendas, casas y animales heredados por los habitantes del lugar.

Hacía finales del siglo XIX, muchas cofradías declinaron por los movimientos políticos y por la dinámica de una sociedad capitalista donde se buscó sobre todo una mejor economía, por ello la cofradía se transformó de manera paulatina en mayordomía.

La totalidad de los estudios presentados en este trabajo, corresponden al territorio de la Nueva España, particularmente a la Ciudad de México, el Estado de México y los estados de Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Querétaro, Veracruz y Yucatán, aunque se hace referencia a algunas investigaciones de Brasil y Guatemala.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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