Campus

Desprecio o ignorancia

Para honrar la memoria y hechos del ahora “intercesor de los políticos”, Juan de Palafox y Mendoza –beato a partir del 5 de junio de este 2011– las autoridades civiles y religiosas de la Ciudad de México el día 22 del mismo mes recibieron reliquias de quien fuera Obispo y Virrey en Nueva España. Por la noche, un concierto musical en honor del prelado: Mozart y Vivaldi.

Hermana lo anterior con la presentación del libro “Pintura de los reinos. Identidades compartidas en el mundo hispánico”, conjunto de obras expuestas en el Museo del Prado, en el Palacio Real y en el Museo Banamex, de tal esfuerzo deriva un programa transmitido por televisión abierta; fondo musical: Mozart, Boccherini, Purcell, Häendel, Vivaldi…

Del barroco poblano (Real Colegio Carolino) Apunte, aguada sobre marquilla 17.5 x 24.5 centímetros.

En México (país) los pobremente difundidos programas de los festivales de música barroca en San Miguel de Allende, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, Oaxaca, Morelia, Tepotzotlán, Capilla Virreinal de la Nueva España y algunos otros carentes de difusión, bien pudieran orientar a los responsables de la musicalización acordes a la temática y época para los actos solemnes, si osaran sólo preguntar al profesorado de la Escuela Superior de Música sobre las glorias y fracasos de autores mexicanos del periodo barroco: Ignacio de Jerusalén (o Jerusalém) y Stella, Manuel de Zumaya (o Sumaya), Juan Gutiérrez de Padilla, Antonio de Salazar, Hernando Franco, Juan de Lienas, Bernardo de Peralta y Escobedo ( o, y de Escudero), Pedro Bermúdez, Gaspar Fernández, Juan Manuel Aldana, Manuel Arenzana, Francisco López Capilla, Juan Navarro y Gatidanus, Juan Matías de Zéspedes… y en folios roídos y empolvados habrá más personajes que bajo un nombre olvidado esperan del rescate un mínimo encomio a su razón de ser; y aunque el catálogo contempla creadores no nacidos en México, la obra realizada en estas tierras les otorga ciudadanía ya que: “Uno no es de donde nace, sino donde la pase”.

Y es una buena razón pensar que la elección musical para dichos actos está basada en el juicio de que son “música de cartel” y que exige menos atención y esfuerzo a la vez que otorgan un mayor lucimiento a la ceremonia, pero, en tanto subsista tal determinación, no habrá posibilidad de familiarizar al público con las creaciones de estas tierras si no se les expone (tanto al escucha como a la obra) a esa nueva experiencia. Ambas ofrecían la oportunidad para captarle público a la música barroca mexicana.

En la Ciudad de Puebla (si el recuerdo no falla) las autoridades de la UPAEP editaron un libro biográfico en rededor de la figura y hechos de Juan de Palafox y Mendoza (penosamente sólo tuve oportunidad de verlo unos minutos y por ello no queda asentada su ficha técnica) acompañado de un disco compacto con música poblana durante el barroco, esfuerzo inadvertido por las autoridades responsables del homenaje al prelado, autoridades a las que uno supone informadas adecuadamente. A la par, el musicalizador y/o el director del programa ya aludido tomaron la vía fácil y aun cuando el tiempo para el estudio y creaciones estaba de su parte, le negaron al material pictórico difundido la atmósfera sonora de su época.

Son oportunidades perdidas para la aceptación y respeto a lo que somos por lo que ellos fueron.

Acerca de Víctor Manuel López Wario

El autor no ha proporcionado ninguna información.

Comentarios Cerrados

Los comentarios están cerrados. No podrás dejar un comentario en esta entrada.