Sustentabilidad

Mineria submarina sigue siendo un riesgo

 Las negociaciones de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés) terminaron el viernes pasado. Allí se concluyó que las empresas mineras no obtendrán luz verde para comenzar a saquear los océanos. La oposición a la minería en aguas profundas dentro de la ISA aumentó en esta reunión con más de 20 gobiernos pidiendo una pausa al posible inicio de la extracción de minerales del fondo marino.

“La industria de la minería submarina se estaba preparando para hundir sus garras en el fondo del océano, pero su apuesta fracasó ya que subestimaron seriamente la importancia de la evidencia científica y la equidad por encima de una empresa que, hasta el momento, es meramente especulativa y con fines de lucro. Todas las falencias están apareciendo en lo que hasta la fecha ha sido una fortaleza para los intereses de la industria y esto es gracias a una mayor conciencia y movilización de quienes nos oponemos a la destrucción de nuestros océanos. Está claro que la mayoría de los gobiernos no quieren que su legado sea dar luz verde a  esta actividad destructiva”, dijo Louisa Casson, activista líder de la campaña de océanos de Greenpeace Internacional.

Después de dos semanas de reunión, las decisiones adoptadas por el Consejo de la ISA el 21 de julio significan que, efectivamente, la mayoría de los países, incluidos Brasil, Costa Rica, Chile, Vanuatu, Alemania y Suiza, no cedieron a la presión de la industria, industria que, en cambio, sí estuvo apoyada por naciones como Noruega, Nauru y México con el interés de acelerar las reglas para hacer de la minería en aguas profundas una realidad. El líder de la industria, The Metals Company, vio cómo el precio de sus acciones se desplomaba a medida que los mercados reaccionaban a la noticia. Sin embargo, la ISA sigue sin lograr cerrar un vacío legal para que las empresas comiencen a explotar el próximo año.

En la Asamblea de la ISA del  24 al 28 de julio, los países a favor de la minería reaccionaron intentando silenciar la creciente resistencia a la minería en aguas profundas en la misma sala donde se llevaron a cabo las negociaciones. Allí, China se opuso a la propuesta de los gobiernos de América Latina, el Pacífico y Europa de abrir el debate. Tales intentos de acallar la oposición a la minería en aguas profundas fueron más allá de la mesa de negociaciones, ya que la Secretaría de la ISA, frecuentemente acusada de ser cercana a la industria, restringió a los periodistas y reprimió las protestas pacíficas durante las reuniones. Era imposible grabar o tomar fotografías dentro de la reunión, dejando fuera miles de voces e información que es de interés público.

“Los inversionistas que observen lo que sucedió la semana pasada solo verán una industria desesperada tratando de mantener la ilusión de que tiene futuro. Si la minería en aguas profundas fuera realmente tan sostenible como afirman los mineros y sus corazones estuvieran realmente dedicados a reducir a la crisis climática, ¿por qué bloquear la disidencia? Ha quedado claro durante estas semanas que presionar irresponsablemente para explotar las profundidades del mar en medio de una crisis climática no solo es imprudente sino políticamente tóxico. El mundo entero está luchando contra la minería en aguas profundas: hoy ganamos esta batalla, pero la lucha continúa”, concluyó Casson.

El mundo se está dando cuenta de la amenaza que representa la minería en aguas profundas. Al llamado de distintos pueblos indígenas se unen personas de todo el mundo: 37 instituciones financierasmás de 750 científicos y la industria pesquera también han pedido un alto a las ambiciones de empezar este tipo de minería y que se sostenga la moratoria.

“Aquí en el Pacífico, el océano es amado. Forma parte de nuestras vidas  desde que nacemos y determina quiénes somos como pueblo. El espectro de actividades que conlleva la minería en aguas profundas plantea muchas preocupaciones que nos recuerdan el legado que han dejado en toda nuestra región otras industrias extractivas coloniales y la terrible era de las pruebas nucleares. Hacemos un llamado a los líderes mundiales para que sean mejores administradores de nuestro océano uniéndose al llamado a una moratoria”, dijo Joey Tau, activista de Pacific Network on Globalization (PANG) con sede en Suva, Fiji.

“La reunión de la Asamblea ha finalizado con una evidente oposición a la minería en aguas profundas, ya que el número de países que apoyan una moratoria a esta industria continúa creciendo. En el caso de México, la delegación presente en Jamaica y encabezada por el Embajador de México en ese país, Juan José González Mijares, y el Secretario Marcelino Miranda, aún tiene la oportunidad única de tomar una postura a favor de la protección de los océanos  a través del apoyo a una moratoria o pausa precautoria para impedir el inicio de esta industria extractiva”, agregó Ruth Ramos, campañista de alto a la minería en aguas profundas de Greenpeace México.   

 

Acerca de Juan Carlos Machorro

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