Opinión

ATISBOS

Morena quiere más votos para el 2024

Rafael Cienfuegos Calderón

Por ser un hecho relevante que ninguna de las corcholatas que suspiran por relevar al presidente en turno tiene ni nunca tendrá la popularidad ni el carisma ni la fuerza política para ganar con holgura en 2024,  resulta increíble la apuesta de la dirigencia nacional del movimiento-partido Morena de captar 33 millones de votos a su favor.

Su aspiración es refrendar el triunfo de 2018 cuando el candidato del hoy partido en el poder recibió poco más de 30.1 millones de votos.

Aunque no hay que perder de vista que ese efecto político-electoral  que provocó el hartazgo por la corrupción del sexenio pasado es difícil que se repita, máxime cuando la falta de resultados es causa de desencanto, resentimiento e inconformidad con el gobierno transformador.

Según Mario Delgado el crecimiento de 30 millones de votos 2018 a 33 millones para las elecciones del año entrante permitiría no solo asegurar la presidencia del país sino refrendar también el triunfo en Tabasco, Chiapas, Puebla, Morelos, Veracruz y Ciudad de México, y sumar Guanajuato, Jalisco y Yucatán que gobierna la oposición de derecha.

¡O sea, Morena va por carro completo para la Cuarta Transformación!

Y de paso quiere la mayoría de escaños en las cámaras de Diputados y Senadores, que es aspiración del presidente del “pueblo” para reformar la Constitución y transformar las estructuras del Poder Judicial de la Federación (PJF) y el Instituto Nacional Electoral (INE), y adjudicar la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

La receta para que quien se alce con la candidatura presidencial reciba los aspirados 33 millones de votos, que es 10% más de los de 2018, es que los dirigentes estatales morenos se apliquen en las tareas de organización del proceso electoral y hagan trabajo y proselitismo cara a cara para captar a los nuevos votantes que han aumentado en 5% el padrón electoral y a otro 5% entre los indecisos.

Sin embargo, el desencanto con los partidos y los políticos por su evidente desinterés por respaldar y atender las demandas ciudadanas y su avidez por el poder, y la percepción creciente entre la ciudanía de que el supuesto cambio y la transformación han resultado promesas incumplidas, se puede tornar en obstáculo para las aspiraciones del partido gobernante.

Datos del INE y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señalan que los jóvenes de 18 a 29 años de edad que conforman 50% de la lista nominal electoral, son los que menos acuden a votar. En contraparte, la población de la tercera edad de entre 65 y 69 años son los que más participan, fueron apenas12% del listado nominal en 2028, y se caracterizan por tener menores niveles de educación y ser susceptibles a la ayuda económica de los programas sociales.

Y está el grupo etario de 30 a 40 cuya participación en la elección presidencial pasada fue de 61%, pero tiene una visión más plural y equilibrada dados sus niveles de estudio y económico.

Ante lo anterior, si se estima en poco más de 15 millones de votantes la plataforma electoral de Morena, el reto para captar los 33 millones con que quiere ganar la Presidencia de la República, independientemente de quien lo represente en la elección, no es solo mayúsculo sino hasta irreal dado el desinterés que hay entre los electores por participar.

El Estado de México es el ejemplo más reciente y claro.

Acerca de Juan Carlos Machorro

El autor no ha proporcionado ninguna información.

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