Opinión

ATISBOS

Un Presidente reprobado pero popular
Rafael Cienfuegos Calderón
La gestión de gobierno del presidente del cambio resultó reprobada por los ciudadanos que participaron en la encuesta de El Financiero en seguridad pública, combate a la corrupción y economía; la vacunación contra la pandemia de covid-19 fue la mejor evaluada. Esto contrasta, sin embargo, con el 57% de popularidad que tiene el promotor de la supuesta transformación sin que medie la percepción negativa que hay de las políticas y acciones de su gobierno. La fama de que goza el mandatario se explica a partir del éxito de los programas socioelectorales  de reparto de dinero en efectivo a casi 25 millones de personas beneficiarias directas, a las que se suman algunos de sus familiares que ven en él un gobernante justo y preocupado por ayudar a los que menos tienen para vivir y al que agradecen dándole su respaldo. Pero no solo en la  encuesta de julio de este 2022 resultó reprobado el Presidente en la forma en que el gobierno que encabeza atiende temas que importan y preocupan a la gente ya que la respuesta negativa es reiterativa en los casos de la seguridad, desempeño económico  y el combate a la corrupción desde 2021. El resultado de la encuesta de El Financiero publicada el 1 de agosto indica que 62% reprobó el gobierno del cambio en el primer rubro, 47% en el segundo y 50% en el tercero, con la opinión de que está actuando mal o muy mal. Y respecto a la campaña de vacunación 72% dio una respuesta favorable. En un análisis que hizo Enrique Quintana (El Financiero 17-01-2021) para tratar de explicar por qué el Presidente tiene un amplio respaldo a pesar de que el Producto Interno Bruto del país cayó 8.5-9.0% en 2020; que el número de muertos por la pandemia es el cuarto en el mundo; que de acuerdo con las estimaciones oficiales todavía hay unos 3 millones de empleos perdidos, de los que poco más de 600 mil son formales; y que la inseguridad es rampante en muchos estados hay tres puntos clave. Uno, que sus programas clientelares llegan a jóvenes, adultos mayores, y a poblaciones marginadas; dos, que motivó un sentimiento de esperanza en quienes de acuerdo a la Encuesta Ingreso Gasto de los Hogares (ENIGH) del 2018, integran el 50% de los hogares que obtienen 21% del ingreso nacional, en contraste con el 10% de los que tienen el 33%, y que vieron en él una opción de reivindicación, aunque no mejoró de manera importante su ingreso en los primeros dos años de gobierno; y tres, que la conversación diaria (de las mañaneras) gira en torno a lo que dice o hace y frecuentemente, con la ayuda de sus críticos, llena todo el espacio de la política nacional sin dar cabida a nadie más. Él propicia enojo, crítica, desprecio, o bien admiración, respaldo y aplausos, pero no indiferencia. En este espacio se ha expuesto que popularidad no es sinónimo de buen gobernante y en esta entrega se añade que gobernar sí es una ciencia porque requiere conocimiento y capacidad para discernir, evaluar, modificar y perfeccionar,  no improvisación ni ocurrencias. «No crean que tiene mucha ciencia el gobernar. Eso de que la política es el arte y la ciencia de gobernar no es tan apegado a la realidad; la política tiene más que ver con el sentido común que es el menos común, eso sí, de los sentidos. La política tiene que ver más con el juicio práctico, la política es transformar, es hacer historia, es un oficio noble que permite a la autoridad servir a sus semejantes, servir al prójimo. Esa es la verdadera política» (el Presidente, 25-06-2019).

Acerca de Juan Carlos Machorro

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