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PASIÓN POR OROZCO
Compartir con la gente una pasión por la obra de José Clemente Orozco es lo que llevó a la historiadora de arte Idalia Sautto a impartir la charla titulada “Orozco, del burdel a Bellas Artes”, realizada el miércoles pasado, justo frente a su obra Katharsis, que se encuentra en el Área de Murales del Palacio de Bellas Artes. La especialista hizo un recorrido por la obra del artista jalisciense nacido en 1883 y fallecido en 1949. Lo que me interesa en esta charla es mostrar las contradicciones que hay en la obra del artista mexicano, entre lo que pintó y entre lo que se esperaba de él, lo cual se entreteje con lo realizado también por Rivera y Siqueiros, pero sobre todo con la dificultad de crear una política cultural que siempre está en manos de los gobiernos en turno, dijo. Agregó que después de haber estudiado tanto al artista, llegó a la conclusión de que mientras más se conoce su vida y obra surgen más preguntas, porque “casi nunca hay respuestas al intento de desentrañar el significado de sus temáticas”. También consideró que en la actualidad, “las explicaciones e interpretaciones que se hacen acerca de la vida y legado del artista son aburridas, por eso, prefiere hablar del Orozco que se aleja de las explicaciones”. En ese sentido, comentó que a diferencia de Rivera y Siqueiros, el inicio de Orozco en la pintura fue muy difícil, ya que sus padres no querían que fuera pintor. Las vicisitudes que pasó, se reflejan en su trabajo, tanto de caballete como mural, donde predominan, al principio, colores grises, obscuros, y personajes siniestros, como sus famosas obras El desmembrado y Cabeza flechada. En contraste, refirió, Rivera y Siqueiros pintan personajes limpios, con una amplia paleta cromática: “Mientras ellos viajan a Estados Unidos o Europa, Orozco buscaba trabajo en México en algunas publicaciones”. No obstante, y con una ideología clara en cuanto a la necesidad de hacer revoluciones para cambiar las estructuras, José Clemente abordó con espíritu crítico, maestría técnica y visión satírica los diversos periodos de la historia de México mediante su diálogo artístico, prueba de ello, la serie de acuarelas relativas a los burdeles, en sus primeros años, donde los personajes principales eran prostitutas, campesinos y trabajadores, y llegó hasta su obra cumbre que se encuentra en el Hospicio Cabañas y en el Palacio de Bellas Artes. Su última serie pictórica fue Los teúles.

CELEBREN A PAZ COMPRANDO LAS VIVIENDAS EN QUE MORÓ
Como lo publicamos en su momento, muchas son las personas, instituciones y naciones que se han sumado para celebrar durante 2014, el centenario del natalicio del único mexicano Premio Nobel de Literatura, Octavio Paz Lozano. Sin embargo, todo lo que se diga y haga sonará y se verá hueco si las autoridades culturales de la ciudad de México y del gobierno federal, no adquieren las viviendas donde creció y desarrollo el poeta, o sea, la casona de Mixcoac. La que ocupó en su primer matrimonio, la que está frente a la morada de Amado Nervo y desde luego, el departamento de Paseo de la Reforma que, supuestamente se incendió. Sería muy interesante que se recuperen, se habiliten a la época en que las habitó el literato y se abran para el disfrute de todos aquellos que aman a Octavio y hasta para el público en general a ver si eso los motiva a leer un poco. Recuérdese que se trata del único Premio Nobel de Literatura. Claro que México tiene otros. El primer Premio Nobel mexicano, el de la Paz, que obtuvo Alfonso García Robles, se encuentra en el olvido, como el de Química que ganó Mario Molina. Después, no hace mucho, se premió al Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU que se encuentra integrado por unos 2,000 científicos del mundo, en el que se encuentren como 19 mexicanos que por cierto, casi nadie recuerda por ser del montón.

RECUERDAN OBRA DE AMALIA HERNÁNDEZ
Con una función de gala en el Palacio de Bellas Artes, el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández celebró 60 años de existencia, durante la cual lució coreografías llenas de alegría, vitalidad, color y tradición, lo que le vale para ser considera como la compañía de danza más emblemáticas del país en el extranjero. Ofreció un programa en el que hizo un recorrido por las costumbres de las danzas prehispánicas, Revolución, charreada, festividades veracruzanas y jaliscienses. En este contexto, también se presentó el libro El Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, editado por el Banco Nacional de México, a través de Fomento Cultural Banamex, A.C. y la Fundación Roberto Hernández Ramírez, A.C. Se trata de una reimpresión del libro que se publicó hace 20 años, pero con nuevas fotografías con la intención de reconstruir la historia del Ballet y valorar sus aportaciones a una imagen positiva del país, pero sobre todo para rendir el merecido homenaje a su fundadora. Roberto Hernández Ramírez, presidente de la fundación que lleva su nombre, recordó a Amalia Hernández como una talentosa y emprendedora mujer que se dio a la tarea de recuperar las tradiciones mexicanas y revalorar nuestra historia cultural, a través de la danza.

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