Notas

El hampa exige retiro militar y masacra

Ciudades del norte de la república son convertidas en zonas de guerra por acciones violentas del narcotráfico y el bloqueo de calles y puentes internacionales para exigir el retiro de militares y agentes federales.
Monterrey, capital de Nuevo León, padeció en por lo menos seis días los cierres de sus principales arterias, lo cual hicieron mujeres con niños en brazos, hombres de la tercera edad y jóvenes furiosos que apedrearon a soldados y policías.
En la séptima jornada de incertidumbre, el gobernador Natividad González Parás ordenó que fuesen dispersados los manifestantes mediante chorros de agua a alta presión y fue detenido medio centenar de ellos, pero horas después se les dejó en libertad mediante multas de 500 pesos a cada uno.
Las autoridades neolonesas se abstienen de proceder con energía por el temor de que los mafiosos asesinen a jefes policíacos encargados de llevar a cabo los arrestos, como sucedió en el primer día de los disturbios.
Y con motivo de la visita del presidente Felipe Calderón a Monterrey, el miércoles pasado, esa metrópoli fue patrullada por miles de soldados y policías.
El mandatario estatal, González Parás, culpó de los desórdenes al Cártel del Golfo, el cual, también, ordenó el bloqueo de los puentes Reynosa-Hidalgo, Reynosa-Pharr y de Matamoros y Nuevo Laredo.
Reynosa ha sido la ciudad más golpeada por los manifestantes, lo cual obligó al cierre de escuelas y establecimientos comerciales ante el temor de que se agrave la situación.
El miércoles pasado tocó turno a Saltillo. Un grupo de hampones que circulaba a bordo de varias camionetas abrió fuego contra elementos policíacos y en diversas balaceras hubo ocho muertos y una decena de heridos. Esa situación de pánico obligó a que la capital coahuilense quedara prácticamente sitiada.
Lo peor sucedió el martes anterior, dado que en otros estados de la República, como Chihuahua y Veracruz hubo cierres de puentes, casetas de peaje y carreteras, llevados a cabo por mujeres, niños, gente sin empleo y taxistas.
Es una escalada sin precedentes, y el Ejército nacional y los cuerpos policíacos, todos en su conjunto, no pueden contener la arremetida brutal.
En París, durante un desayuno «con la comunidad mexicana, manifestó el secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, que el próximo Presidente de la República sería un narcotraficante, de no ser por la estrategia de Felipe Calderón de atar las estructuras del hampa organizada.
El pueblo ignoraba que Ruiz Mateos fuese titular de Economía, pero ahora lo sabe debido a la aberrante declaración. A juicio del mismo funcionario, antes eran derribados los narcos principales, pero ahora, mediante el golpeo al trasiego de las drogas, éstas se han encarecido en Estados Unidos en 70%. ¡Qué maravilla!
Y como ya se sabe, la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa Castellano, hizo saber al canciller de Irlanda que sólo tres poblaciones de México padecen delincuencia. Pero de Tijuana a Cancún se registraron el año pasado 158 decipaciones. ¿Eso lo ignora? ¿Y no sabe de las más de 150 ejecuciones en el Estado de México? ¡Vaya maratón de mentiras!

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