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PARA TODO MAL, TOMA MEZCAL… Si le gusta beber ese fortísimo elíxir, producto del agave, llamado mezcal, raicilla, sotol y bacanora, le recomendamos, por su salud, que verifique que sea certificado porque eso podría salvarle la vida o evitar que lo deje paralítico. Ahora existen aproximadamente 150 marcas conocidas, 78 de ellas con certificación oficial, algunas con denominación de origen y pagan impuestos al gobierno.

Las bebidas que tienen de 40 grados para arriba de alcohol pagan 53% de IEPS; las que tienen menos de 40, como el tequila con 38, tiene que dar al fisco 35 por ciento. Aunque eso sí, estos destilados, definitivamente están fuera del alcance del pobre, toda vez que algunos cuestan poco menos que un cognac pobretón y otros están por arriba. A su producción mezcalera la llaman artesanal, pese a que se industrializó. Es una industria pujante y creciente, compitiendo y ganando mercados nacionales e internacionales. La siembra anual del agave es de unas 33 mil hectáreas al año –de la siembra a la cosecha tarda entre 8 y 10 años– y su producción alcanza 824,000 litros al año; esta fue la de 2010, según Marlén Rubio,  directora de Promoción Comercial de la Coordinación General de Promoción Comercial y Fomento a las Exportaciones de la SAGARPA, con quien platicamos en el I Festival de Destilados Artesanales de Origen, organizado por la Academia del Mezcal y el Maguey en las instalaciones del Campo Marte. Zacatecas, Guerrero, Oaxaca, San Luis Potosí, Durango, Tamaulipas y Guanajuato son los que tienen la denominación de origen para producir mezcal. Esta industria da empleo a 9 mil familias, proporciona 30,000 empleos indirectos y proporciona 8 millones de jornales al año.

Las exportaciones de mezcales aumentaron 54.34 por ciento en 2010. Al recorrer todos los puestos donde se exhibía y vendía, nos encontramos que existen, obviamente, mezcal blanco, reposado, añejado y crema o licor de agave con sabor a menta, coco y cajeta. Por ahí vimos el mezcal “Delirio”; su productor, Javier Galván Martínez, dice que para hacer un litro de buen mezcal se utilizan 8 kilos de piña; una de sus botellas cuesta 500 pesos y la de añejo, 850. Su empresa Espíritu Mexicano, con sede en Oaxaca, produce unos 7,500 litros al año, a algunos le pone de dos agaves. También sorprendió encontrar un mezcal rojo. Simplemente le pone grana cochinilla. Este mezcal, llamado Danzante, lo hacen en Oaxaca y cada botella cuesta 900 pesos, debido a que primero le hacen dos destilados, después, en el tercero se le agrega una pechuga de pavo o pollo, grana cochinilla, guayaba, vainilla y anís.

El mezcal Tobalá cuesta mil pesos la botella de 3/4, dijo Paola Acuña, debido a que se produce con agave silvestre, como en la época de la cultura zapoteca. De acuerdo con la ficha técnica, tiene olor dulce, afrutado, con un sabor de mango y canela y final largo y suave adicional. Louis Saby nos habló maravillas del mezcal Zacbé, el cuales orgánico. David Hernández Lara, aseveró que el mezcal Semillero se elabora desde 1900, en Oaxaca; cuenta con 350 hectáreas de cultivo de agave espadín; sus reservas son para producir 100,000 litros, aunque su infraestructura es para 10,000 litros mensuales. Otro nombre de aguardiente que se apoderó de la atención de los visitantes fue: Pelotón de la muerte. Por último, vimos pulque embotellado, del Grupo Mayahuel, cuya empresa se encuentra en Atizapán de Zaragoza; nos dijeron que para que ya no fermente, los pasteurizan a 65 grados centígrados y problema solucionado.

PERIPLO CULTURAL

FUNCIÓN DE LA POESÍA. La poesía es una forma de actuar sobre la realidad, pues de lo contrario, sería inaceptable la testificación silenciosa e inacción ante los hechos inadmisibles e injustos, afirmó Jacobo Rauskin (Paraguay, 1941), autor del libro “El arte de la sombra”, cuyo tema es “la memoria del tiempo circular”, el cual se dio a conocer en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia del INBA. Agregó que el poeta no es un ente ajeno al mundo cotidiano, ya que observa, analiza, reflexiona, censura o reconoce, pero siempre tiene voz para decir a su manera el tiempo de sus días. Aseguró que si hay alguien que no debe quedarse callado es el poeta porque la poesía es voz, presencia, juicio, reflexión y búsqueda en medio de lo ordinario y cotidiano. La poesía también tiene un compromiso estético que se irradia hacia el mundo y los demás. VALDELAMAR NOS CANTÓ Y ENCANTÓ. La entrega de la medalla Agustín Lara a la extraordinaria compositora Emma Elena Valdelamar Casarín, resultó grata. Sobre todo porque la conocimos y nos fascinó y más aún, cuando cantó Mucho Corazón y heque  en Blanco. El organizador del festival artístico fue Rodrigo de la Cadena, quien es genial; Yolanda Santa Cruz es la que otorga la presea; la secretaria de Cultura

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