Vida Sana

Crónicas de China (4)

Chef Pasquale

Posterior a la visita de la ciudad de Xi án nos trasladamos a la provincia de Sichuan, Chengdu. Una ciudad por demás importante al tener el 4 aeropuerto más importante de toda China; tierra rica en bosques y atractivos naturales y centro logístico del oeste de China, más de 20 países han establecido embajadas y representaciones diplomáticas y cerca de ciento sesenta y cinco de las quinientas industrias más importantes del mundo han establecido base aquí. En esta bella provincia se encuentran cinco importantes lugares protegidos al ser nombrados patrimonio de la humanidad por la Unesco en los que destaca una de las estatuas más grandes de Buda y el dique de Du jiang yan; un sofisticado sistema de irrigación y quizá el más antiguo y que se encuentre funcional hasta nuestros días con cerca de dos mil años. Es también en esta provincia que se encuentra la ciudad emblema de la tierra del panda, Chengdu. Una ciudad turística que alegremente recibe a los turistas de todas partes del mundo para visitar en sus alrededores las reservas silvestres de osos pandas, así como el centro de investigación y crianza más importante del mundo en la preservación de tan noble animal.

En cuanto a su comida la gastronomía de Chengdu se caracteriza por ser la más picante de toda China al emplear con mayor displicencia el chile; su forma de servir se caracteriza por ser en pequeñas raciones y no obstante a ello y como en todas las ocasiones finos y abundantes platillos se servían a la mesa: ravioles, fideos, ensaladas de brotes tiernos de bambú y raíz de flor de loto, pescado en salsa de soya y chile, costillas de cerdo, hongos de todo tipo, entre otros manjares más. Chengdu es una ciudad de clima cálido durante todo el año y posterior de venir de ciudades donde el frio invernal nos afectó demasiado y con resfriado, nuestros anfitriones se esmeraron una vez más al sorprendernos llevándonos a lo que en apariencia parecía una tienda de remedios naturistas que mostraba una enorme cantidad de raíces de ginseng, jengibre, hongos y otras raíces y hierbas que difícilmente podría explicar entre sus nombres chinos y desconocida forma.

Pues bien resultó ser un restaurante que a través de sus productos curativos a la carta bien puede uno elegir entre un almuerzo contra la gripe como una exquisita cena para curar problemas del hígado o del corazón, y es así que degustando un exquisito potaje de gallina negra con toques de jengibre, hongos y nueces, el cuerpo fue recuperando el calor y acompañado de un tibio brebaje de leche de soya y cacahuate los malestares del sistema respiratorio fueron desvaneciéndose. Por la noche la ciudad se engalana de edificios colmados de luces y modernos centros comerciales. Se siente la cercanía del Año Nuevo Chino.

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