Sustentabilidad

Valle, crítico

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El Valle de México sufrió una devastación brutal del 99 por ciento de su área lacustre, 73 por ciento de sus bosques y el 71 por ciento de su suelo se encuentra en avanzado proceso de degradación ecológica, según un estudio del Colegio de Postgraduados.

Asimismo, indica que cada año se pierden mil hectáreas de bosques y 700 de tierra agropecuaria, por diversas causas, entre ellas, el avance violento de la mancha urbana, dado que en el Distrito Federal casi no se hacen viviendas y las que se construyen resultan muy caras.

Pero el colmo de la situación es que de no revertirse la tendencia de crecimiento y el modelo de desarrollo de la Zona Metropolitana del Valle de México, en un futuro no lejano, podría perderse el 90 por ciento del área lacustre actual, 75 por ciento del área boscosa y 90 por ciento de los suelos, de acuerdo con la Comisión Coordinadora del Desarrollo Rural.

La metrópolis-megalópolis actual con su crecimiento ha influido en la reducción de las fronteras agrícolas y forestales de tierras fértiles, como también en la disminución de importantes mantos acuíferos, entre otros impactos ecológicos.

La depredación que sufren algunos municipios que se encuentran alrededor de la ciudad de México, indica que solamente del año 2000 al 2010 se construyeron más de 709 mil nuevas viviendas sobre una superficie de 14,200 hectáreas, según información de la Comisión Metropolitana.

Pero lo grave no es el dato anterior, sino que para los próximos 7 años deberán construirse unas 885 mil nuevas viviendas para más de 4 millones de personas, para lo cual se requiere disponer de diversos terrenos en muchos municipios.

Como la ciudad de México se ha ido transformando en una economía terciaria, se ha encarecido, por lo que todos aquellos habitantes que no pueden pagar su costo, son expulsados hacia los municipios conurbados, donde es más barato y pueden encontrar acomodo.

De acuerdo con la citada fuente, en 1995, en la Zona Metropolitana del Valle de México existían 154,400 hectáreas urbanizadas y para el 2020 se llegará a 242,000 hectáreas.

El diagnóstico y pronóstico del Programa Metropolitano de Recursos Naturales, estima que para la zona de estudio (629,500 hectáreas) en el año 2000, únicamente existían 93,906 hectáreas arboladas en municipios conurbados al DF. Las áreas boscosas más importantes se encontraban al oriente, sur y poniente del Valle. Las más conservadas se localizaban al oriente del Valle, en los límites del Estado de México y Puebla.

Por cierto que también se establece que la ciudad de México únicamente cuenta con 37,500 hectáreas arboladas y no las 88 mil que dice el GDF que existen.

Según los especialistas, calculan que en la actualidad únicamente existen 1.5 metros cuadrados de áreas verdes por habitante del Valle de México. Lo que resulta extremadamente grave para la salud de unos 29 millones de habitantes por los altos índices de contaminación atmosférica.

De acuerdo con la OMS, se debe tener alrededor de unos 15 metros cuadrados de áreas verdes por habitante. Toda vez que eso le proporcionaría una mejor calidad de aire.

La ZMVM es una de las más contaminadas del mundo al quedar eliminadas gran parte de las áreas de recarga acuífera y el microclima que amortigua los cambios mesoclimáticos, como el aumento de la temperatura y la disminución de la humedad, resultado esencialmente de la pavimentación, construcciones y la circulación de vehículos.

Los altos índices de la contaminación del aire y la exposición permanente a la misma podría llevar a la tumba cada año, hasta 35,000 habitantes del valle de México, según han reconocido el gobierno federal, mexiquense y capitalino.

El eje neovolcánico es una de las regiones de México con la mayor concentración de géneros y especies endémicas de vertebrados terrestres. Desafortunadamente, la acelerada urbanización de la ZMVM ha propiciado la pérdida de biodiversidad, como consecuencia esencialmente, de la transformación y desaparición de los hábitats naturales de una gran cantidad de especies.

Los acuíferos de la región, de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, son los más contaminados del país y también los más superexplotados, algunos con el 800 por ciento, 500 por ciento y 300 por ciento, entre otros.

El suelo, no solamente se encuentra erosionado y desertificado, sino altamente contaminado como consecuencia de que por lo menos se generan 856,153.92 toneladas de residuos peligrosos al año, cuya maya mayor parte se desecha a cielo abierto.

Además, los habitantes de los municipios mexiquenses conurbados a la ciudad de México, generan alrededor de 3 millones 650 mil toneladas de basura al año, mucha de la cual también se deposita a cielo abierto, toda solamente se construyeron 8 rellenos sanitarios a fines del siglo pasado y el DF se encargó de saturarlos con sus 4’197,500 toneladas anuales.

QUÉ RESPIRAMOS Y SUS EFECTOS

  • Bióxido de azufre. Irrita e inflama mucosas y puede aumentar mortalidad de enfermos crónicos del corazón y vías respiratorias
  • Bióxido de nitrógeno. Puede producir mala percepción olfativa, dolores respiratorios o hasta edema pulmonar
  • Material particulado. La exposición prolongada puede generar cáncer pulmonar y enfermedades cardiopulmonares
  • Plomo. Si el organismo lo acumula, puede dañar el sistema nervioso central, lo que es irreversible
  • Monóxido de carbono. Puede ser letal si una persona se expone a altas cantidades
  • Ozono. Puede causar inflamación pulmonar, depresión del sistema inmunológico ante infecciones pulmonares y hasta otros efectos en órganos como el hígado.

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