Sustentabilidad

Urbe 2014

José Manuel López Castro
Luis E. Velasco Yépez

CAMPO Y DESARROLLO
Hace 50 años, Norman E. Borlaug, cuyo centenario de su natalicio acaba de celebrarse, revolucionó la agricultura mundial. Se le llama el padre de la Revolución Verde y por su aportación a la mejora de la agricultura, que salvó de la hambruna a varios millones de seres humanos, obtuvo el Nobel de la Paz. Ahora, los problemas son casi similares y el enemigo a vencer se llama Cambio Climático (CC). Por esas cosas curiosas de la vida, en la actualidad se están volteando los ojos al pasado. Es la agricultura de pequeñas parcelas, no de las grandes explotaciones agrícolas, donde se avizora la salida al problema. El secretario de Agricultura (Sagarpa), Enrique Martínez y Martínez, lo expuso así: “El mayor incremento de la producción de alimentos tendrá que darse en los países en desarrollo, donde los retos se centran en las pequeñas unidades agrícolas”, dijo, en la ceremonia conmemorativa del natalicio de Borlaug. Curiosamente, la FAO difundió un interesante artículo del diario español El País sobre la forma en que agricultores de América Latina enfrentan el CC. Bajo el sugestivo título: Los ‘super’ pequeños agricultores que derrotaron al Cambio Climático”, la autora Mariana Kaipper Ceratti expone que “combinando tecnologías de punta con métodos tradicionales, miles de cultivadores latinoamericanos resisten las sequías, las inundaciones y el deshielo” para enfrentar el CC y obtener altos rendimientos agrícolas, protegiendo el Medio Ambiente. El brasilero Inacio Medeiros cosecha miles de kilos de guayabas al mes en una de las zonas más secas del país. Miles de pequeños agricultores de Haití siembran semillas resistentes a las inundaciones. En Uruguay han creado una “app” que monitorea el clima, tierra y agua. Los bolivianos tratan de utilizar eficientemente el agua de las nieves de los Andes. “No se trata de convertir la agricultura en un asunto altamente sofisticado. Al contrario, a veces, es tan simple como volver a la tradición”, apunta Kaipper Ceratti.

OTRO BUEN NEGOCIO DE SERVITJE, EL ECOLÓGICO
Varios años atrás conocí a Daniel Servitje Montull, entonces aún no era el mandamás de Bimbo, empresa dominante en 19 países. Sin embargo, la semana pasada se habló de él a nivel nacional y con justa razón. Este joven empresario, no sólo conduce exitosamente el negocio del pan y golosinas, sino que comienza a invadir otro ramo: la generación de electricidad limpia, ecológica o verde. Claro, se la vende a la mismísima Comisión Federal de Electricidad. Invirtió 100 millones de dólares –no es cualquier baba de perico– para construir la Central Fotovoltaica “Aura Solar I” sobre una extensión de 100 hectáreas en donde se instalaron 132 mil módulos policristalinos con seguidores de eje que generarán 82 gigawatts hora al año. Esa electricidad, producida ahí, es suficiente para cubrir las necesidades de la mitad de La Paz, BCS. Al echarse a andar la central, de golpe y porrazo se cuadruplica la energía solar que se venía generando en el país. Por ahora, se dice que esta es la central más grande del país y segunda de Latinoamérica. Wal Mart, CEMEX y empresas españolas, entre otras, producen electricidad verde en Oaxaca, pero ésta no es solar, sino eólica.

INVERSIÓN MILLONARIA
Con antelación, gobiernos venían e iban y, aún cuando tocaban el teman, procuraban ignorarlo la mayor parte del tiempo, toda vez que para resolver el problema del agua, requería más de 100 mil millones de pesos al año. El problema, obviamente, fue creciendo a grado total que cada vez se requieren mayores cantidades para solucionar las dificultades. Ante esta situación, el Presidente Enrique Peña Nieto anunció que en los próximos 4 años, la proyección que hacen de las obras de infraestructura que deberán llevarse a cabo para enfrentar el desafío hídrico que tiene el país, requiere de 250 mil millones a 300 mil millones de pesos. Ojalá que la Cámara de Diputados le otorgue esos recursos, porque, de lo contrario, el rezago esta materia continuará creciendo. Pero si los legisladores le hacen caso al mandatario mexicano, el problema de la insuficiencia del vital líquido en buena parte del país se solucionará con la instalación de plantas tratadoras de aguas de tres niveles: Primario, secundario y terciario para que el elemento tratado no se arroje al caño como ahora, sino que se reúse para consumo humano, como ya se hace en algunas pequeñas unidades habitacionales diseminadas en el país. Otra medida que se requiere es procurar la infiltración y captación de agua de lluvia. La primera para recargar mantos freáticos y la segunda, para tratarla para uso humano y ya no extraer más del subsuelo. Otras medidas, reducir en forma considerable el consumo de agua en la agricultura, que los municipios traten sus aguas que descargan, al igual que la industria, y renovar la tubería del agua potable, cuya vida útil acabó hace 50 años.

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