Sustentabilidad

Metales, comercio y huella hídrica

Adriana Estrada

En materia de huella hídrica –cantidad de agua utilizada en los productos de uso diario-, México ocupa el sexto lugar mundial entre los países importadores de agua virtual con 29 km3 (29 mil millones de litros), situación que lleva a tener mayores compromisos por parte de industria para remediar ese tipo de gastos del recurso.

Un ejemplo de este mal uso del recurso se tiene en los hogares mexicanos donde, se estima que un kilo de plástico consumido por cada mexicano requiere de mil litros de agua y un kilo de res utiliza 16 mil litros.

Mientras que sectores con mala imagen social, como la industria extractiva, gasta mucho menos agua, como es el caso del cobre donde, para obtener un kilo de este metal, con base a la nueva tecnología sólo se requiere un litro de agua para obtener kilo de cobre.

Este resultado se basa en un sistema de autorregulación no sólo nacional sino internacional, lo que desmitifica el derroche de agua en este tipo de empresas.

Por el contrario, generar un litro de cerveza requiere 300 litros de agua; un kilo de tortilla, 50 litros de agua; un cuarto de café, 100 litros de agua; un litro de leche, mil litros de agua, y una manzana utiliza 70 litros.

De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), de las 50 empresas más grandes del Continente Americano, 25 se dedican a actividades de procesamiento de recursos naturales (hidrocarburos, minería, agroindustria, siderurgia-metalurgia y petroquímica).

Efrén Franco, director general de Procobre México, en entrevista con Mi Ambiente, comentó que la autorregulación ambiental es la única vía que le queda a esta rama industrial, ya que, ante los actuales parámetros ecológicos de la Unión Europea (UE), las normas no se establecen por los ciclos de vida de los productos, sino por su huella hídrica y de carbono que conlleva su maquila.

Cifras dadas a conocer por la Fundación Mundial para la Naturaleza (WWF), un microchip que contiene diversos elementos metálicos y sintéticos sólo utiliza 32 litros de agua en su elaboración, mientras que una hamburguesa, más de 2 mil 400, por lo que existe la necesidad de un mayor control en el uso del recurso agua.

“Lo más importante es la buena relación entre la comunidad y el sector gubernamental”, pero, en términos generales, “será la comunidad la que determine los parámetros de desarrollo sustentable para las mineras”, subrayó Franco.

Por su parte, Francisco J. del Río, director ambiental de Grupo México, dijo a Mi Ambiente que dicha situación no es un elemento fácil de cumplir por parte de las empresas de pequeña escala, ya que es fundamental una gran relación con las comunidades.

El Consejo Consultivo del Agua sugiere que para reducir el consumo de agua virtual debe existir un intercambio de productos entre países con alta productividad y países de baja productividad.

De esta forma, con uso de nuevos materiales, como el cobre y el aluminio, conceptos avanzados de tecnología y acuerdos comerciales que pongan atención en la huella hídrica, una parte de los problemas globales de falta de agua podrían solucionarse.

Por ende, tanto gobiernos como empresas y sociedad deben poner atención en una mejor y mayor cultura del agua mundial para evitar su escasez, problema que ya afecta a casi un tercio de la humanidad.

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