Sustentabilidad

Debe tecnología crear una agricultura inteligente

 Con la aparición de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) la industria transformó sus procesos de producción. En el caso de la industria agroalimentaria, esta tecnología le ha permitido tener un mayor conocimiento del entorno y establecer un enfoque diferente al de la agricultura tradicional.

Miguel Ángel Arroyo Gabiña, director de la consultoría española de telecomunicaciones, IDOM, una empresa que en México ha participado en muchos desarrollos urbanos sostenibles y de parques tecnológicos con enfoque en el desarrollo Agropecuario, comentó sobre el tema que “la precisión de la agricultura moderna permite trabajar de forma más eficiente, económica y sostenible; por tanto, se puede obtener mayor utilidad de los cultivos. Al introducir técnicas de agricultura inteligente podemos mejorar la productividad, reducir los riesgos de pérdida de capitales y agotamiento de recursos naturales”.

Indicó que la agricultura ya no puede continuar realizándose de la misma manera, porque las técnicas del agricultor que hasta ahora ha manejado no le permitirán competir en un mercado que es cada vez más internacionalizado, por lo que migrar hacia una agricultura inteligente es fundamental.

Ésta, la agricultura inteligente, podría entenderse como: “aquella que es capaz de aprovechar los datos que produce en su funcionamiento diario para generar información nueva que le permita mejorar su gestión y ser más sostenible, más competitiva, y ofrecer una mejor calidad de vida gracias a la participación y colaboración de todos los actores implicados”.

Arroyo Gabiña explicó algunas diferencias entre la agricultura tradicional y la de carácter inteligente es que “en la primera hay una gestión visual de las cosechas, exceso en el uso de abonos y pesticidas, y se basa en la experiencia personal; mientras que con la agricultura inteligente hay un seguimiento productivo, un sistema de gestión del trabajo en tiempo real, hay información geográfica para gestión parcelaria, hay un monitoreo del estado de cosechas, se cuenta con información meteorológica y hay un mejor control y monitoreo de la irrigación así como de abonos y pesticidas”.

Así, los retos de la agricultura moderna son: la gestión de los recursos hídricos, gestión de fertilizantes y productos fitosanitarios, alertas de enfermedades, adaptación al cambio climático y la trazabilidad del producto, ante cada uno de estos problemas el director de IDOM planteó una solución.

Sin embargo, mencionó que el mayor reto de la implementación de la tecnología son los agricultores, pues necesitan capacitación y asesoramiento. Destacó que para llevar a cabo el proyecto de una manera satisfactoria, se plantean varias fases: análisis de necesidades (tanto a nivel procedimental como tecnológico) incluyendo el análisis meteorológico de la zona donde se desarrolle. “El primer paso es saber qué necesita el agricultor”; desarrollo de la plataforma web de gestión; suministro e instalación del equipamiento tecnológico y meteorológico, pruebas y puesta en marcha, finalmente la continua calibración y mantenimiento de los equipos.

El especialista explicó que en función del análisis tecnológico y meteorológico, puede ser necesaria la instalación de estaciones meteorológicas o una red de sensores que completen la red existente. Dependiendo de las enfermedades y plagas que se quieran detectar con antelación, también puede ser necesario el desarrollo de nuevos modelos matemáticos que determinen los datos necesarios que se deben recoger con la red meteorológica y mediante datos obtenidos en campo.

 Como ejemplo de éxito, el director de IDOM citó el caso de VITIC, un proyecto que es un sistema para la Gestión Integral de los viñedos, que incorpora un sistema predictivo capaz de anticiparse a la aparición de enfermedades mediante el uso de un red meteorológica y una red sensorial (WSN), donde se suma la aplicación de las TIC a los conocimientos de la viticultura para hacerla más eficiente, productiva y a un menor costo. 

 Este proyecto vitivinícola consta de: una red Meteorológica y de sensores, un modelo matemático y una plataforma de gestión en la WEB con las que se pueden tener —en campo— avisos predictivos en tiempo real (mediante teléfono móvil e internet), soporte técnico en la viña (Asesor técnico, Mensajes con el técnico de Bodega) —en bodega— consulta de datos históricos, cuaderno de explotación on-line, trazabilidad de lotes, entre otros.

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