La preocupación por el medioambiente se extiende cada vez a más ámbitos, tanto en el entorno urbano, donde la sustentabilidad es uno de los grandes retos a los que se enfrentan las ciudades del futuro, como en el natural, donde el desafío se encuentra en la recuperación y conservación de espacios que corren el peligro de desaparecer.
Bahamas es un país formado por un conjunto de islas que contienen un alto valor ecológico, una riqueza natural que funciona como reclamo turístico desde hace décadas. Es un referente en el Caribe, conocido por el turismo de lujo, los cruceros o por acoger alguno de los mejores eventos de la historia del póker o importantes certámenes de belleza.
Lo que no es tan conocido es que las Bahamas, con una extensión de unos 13.880 km² (la de México es de 1.964,375 km²), cuenta con 12 parques naturales y, además, más de 240.000 acres de tierras protegidas.
El país fue uno de los Estados que firmaron el Convenio para el Establecimiento de la Zona de Turismo Sustentable del Caribe –del que México también forma parte-, el cual entró en vigor en 2013. Este convenio convertía a esta región en la primera del mundo que se comprometía a nivel jurídico a desarrollar un tipo de turismo comprometido, que sea sustentable con el entorno.
Hasta el momento, en Bahamas, la oferta de ecoturismo en cuanto a alojamiento consiste en cabañas o pequeños resorts eco-friendly, puesto que la posibilidad de acampar es muy limitada. En los próximos meses, esa oferta se ampliará con un resort de lujo que ha sido conscientemente diseñado para que sea sustentable.
Algunas de las más de 700 islas que forman las Bahamas, la gran mayoría de las cuales están deshabitadas, son completamente o en su práctica totalidad resorts al servicio de los visitantes. Uno de los más conocidos es el Atlantis Resort, en Paradise Island, un complejo hotelero construido alrededor de un parque acuático, que también cuenta con campos de golf y un centro comercial.
La compañía Star Resort Group Inc. ha anunciado su intención de desarrollar un nuevo resort de lujo en la isla de Long Island que se diferenciará por su marcada voluntad eco-friendly. El Port St. George Resort será el primer complejo de estas características que se desarrolle desde el punto de vista de la sustentabilidad.
La clave está en la eco-ingeniería, que lo mismo puede ayudar al tratamiento de las aguas en zonas rurales que aplicarse a un macro proyecto para el turismo de lujo como el que se planea en Bahamas.
Port St. George Resort contará con un hotel de 5 estrellas, más de 500 viviendas de lujo, una boutique, restaurantes, área para la práctica de deportes, una marina con amarraderos para 640 barcos, un puerto con 100 acres de tierra protegida, y hasta su propio faro.
La idea, según los responsables del proyecto, es aplicar la eco-ingeniería a todos los aspectos de este resort. Contará con una granja en la que se cultivarán frutas y vegetales ecológicos, y con un centro para el tratamiento de la basura orgánica con la que se producirá abono. Otras iniciativas incluyen el aprovechamiento del agua de lluvia y una planta de desalinización que utilizará energía solar, al igual que el resto del complejo. Solamente se utilizarán placas solares para producir electricidad, y se limitará el uso de los autos, puesto que todos los visitantes contarán con un pequeño carro de golf eléctrico.
Por otro lado, la compañía de cruceros MSC Cruceros también ha presentado un proyecto que combina el lujo y la sustentabilidad.
En este caso se reconvertirá toda una isla. Lo que fue un lugar destinado a la extracción de arena, se transformará en el Ocean Cay MSC Marine Reserve, un resort en el que los huéspedes podrán estar en contacto con la naturaleza y relacionarse con ella de manera sustentable.
Se está limpiando la isla y condicionándola para crear un lago en el que se podrán practicar deportes marinos, y se prepararán hasta siete playas distintas. El complejo está rodeado de un arrecife de coral protegido que la empresa ha prometido conservar y cuidar.
Mientras que el resort Port St. George se irá desarrollando en distintas fases en los próximos 5 años, se espera que la Ocean Cay MSC Marine Reserve empiece a recibir visitantes a partir del mes de noviembre. Se podrá ver entonces si esta fórmula de lujo y ecología realmente funciona.
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