Opinión

Se perdió el consenso y la paz

En México hay 22 mil personas desaparecidas. Desde el gobierno de Felipe Calderón. Y no son mártires. En México fueron enfrentados estudiantes de la escuela Normal de Ayotzinapa, que secuestraron autobuses para ir a Iguala a violentar un festival; fueron sometidos a balazos y transportados en un camión de redilas, finalmente, están desparecidos. Ningún rastro de vida existe. Lo que el gobierno tiene es 4 detenidos que han confesado haber participado en una matanza y quemarlos hasta ser cenizas.

En la búsqueda encontraron fosas clandestinas con 38 cadáveres, de personas que fueron asesinadas y enterradas clandestinamente. En las montañas y municipios que rodean Iguala fue tétrico el cuadro de tumbas rupestres y cuerpos sin vida. Y tampoco son víctimas que merezcan atención; nadie ha exigido su identificación e investigación hasta descubrir los criminales.

Y la desaparición de 43 estudiantes ha derivado en banderas de protestas, de movilizaciones, de marchas y plantones, casi en todo el país. También han generado movilizaciones en el extranjero. Los normalistas son víctimas nacionales. Son mártires. Y son bandera de embate y de desestabilización contra el gobierno de Enrique Peña Nieto. Hay “mano negra”, de intereses políticos violentos.

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