Opinión

Presidencialismo electoral

Los discursos del Presidente Felipe Calderón se mantienen en el terreno de la necesidad electoral, con lo que la realidad se convierte en algo modificable. Y por lo tanto, los mensajes más que distorsionados, aparecen como poco manejables para la mayoría de los ciudadanos. Así, el presidente un día habla de los sueños que tiene sobre el papel de los medios de comunicación para, poco más adelante, y desde Alemania, mostrar un rostro de su gobierno y del país que prácticamente nada es aceptable para los votantes. Si sus críticas a los medios de comunicación podrían resolverse mediante el simple expediente de un ajuste en su equipo en el área respectiva, el de los logros y consolidaciones queda en el terreno de la irrealidad. Felipe Calderón cuestiona a los medios de comunicación sin entender que la realidad nada tiene que ver con sus deseos particulares. Y habla de los “cinco” jinetes del Apocalipsis que México ha vencido en los últimos tiempos, sin entender que los mexicanos en su gran mayoría, aún sufren los efectos de las crisis que el gobierno considera ya superadas. El Presidente Calderón quiere crear una imagen positiva de su gobierno ante las elecciones en buena parte del país ya en puerta. Pero no parece que logre muchos puntos a su favor. Por lo menos las encuestas señalan que la catástrofe en las urnas para su partido podría ser más que escandalosa… Pero en tanto el gobierno se pierde en sus afanes electorales y busca por todos los medios desprestigiar al Congreso para “encontrar” un culpable de todos los problemas, la verdad electoral inicia su recorrido final rumbo a la elección de una docena de gobernadores en otras tantas entidades. Y no se requiere de mucho para ver cómo en varios estados, el gobierno por un lado y el PAN por el otro, buscan por todos los medios crear un ambiente de tensión que pueda permitir, una vez pasadas las votaciones, acudir a las autoridades electorales en busca de decisiones que, por lo menos, permitan alegar “irregularidades” que brinden a los panistas algún tipo de disculpa ante la derrota… Poco a poco por cierto, en el seno del panismo queda claro que Felipe Calderón no está dispuesto a respaldar en su momento, a un panista como candidato a la Presidencia de la República. Los panistas han entendido que el presidente buscará imponer su candidato al partido. Y que si la resistencia es más fuerte de lo esperado o sucede algo como lo que al propio Calderón le permitió adueñarse de la candidatura, entonces podrían presentarse situaciones que condujeran al PAN a la derrota, pero a Calderón a una victoria personal. Y esto provocará desde ya, mucha tensión en el partido en el poder… Y para que se vea el tamaño de las divisiones en el PAN, bastaría con poner un poco de atención a lo que sucede en Aguascalientes, entidad en la que el candidato propuesto por los panistas fue rechazado por la autoridad electoral en base a los procesos bajo los que se encuentra sujeto gracias a las acusaciones del gobierno estatal, encabezado por supuesto, por un panista… Pero en tanto todo esto sucede con los panistas, en el seno de la Iglesia Católica los problemas han desfondado ya, las primeras medidas destinadas a contener el daño provocado por el escándalo de la pederastia. El problema es que los curas católicos, con el Vaticano a la cabeza, han querido convertir el tema en un “problema de una sola persona”, en este caso Marcial Maciel, pero ello no dio resultado. Y la crisis cobrará muchas víctimas más en poco tiempo. La razón es muy sencilla: el abuso de menores y mujeres, sumado a la corrupción de muchos curas, es un conflicto que de tan viejo, había pasado a ser algo “normal” para los curas. Y ahora, ante el estallido y el tamaño del reto, no encuentran la salida. No pueden aceptar que el tema, o los temas, son de mucho tiempo atrás. Y se quieren concentrar en el hombre que dio vida a los Legionarios de Cristo, cuando en realidad esto no es más que un eslabón en una cadena tan larga que de hacerse pública, dejaría a la Iglesia Católica en una posición de extrema debilidad. Pero no resolver el problema de fondo, simplemente pospondrá un estallido que más tarde o más temprano, pasará sus verdaderas facturas… Mucho se habla de la ley de seguridad que se aprobó en el Senado y que se detuvo en la Cámara de Diputados. Y para que se entienda el debate, bastaría con señalar que los senadores impidieron que las fuerzas armadas adquieran un poder radicado en facultades para investigar, detener, realizar cateos y demás, que se acepte o no, habría colocado a la autoridad civil en un papel poco recomendable.

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