Opinión

Pico de pollo

Lo comprobé. Apenas ayer decía que todos éramos iguales, unos más iguales que otros, pero iguales y mis compatriotas me dieron la razón. “Marchan antreros del Distrito Federal”, dicen algunas cabezas de periódicos y en otras leo “Se manifiestan miles por más empleo y agua”. ¡Claro, ahí está la respuesta a lo dicho!, bueno a la teoría presentada.

Los antreros, y sí además son del Distrito Federal, marchan, los otros, los como ustedes y como yo nos manifestamos. Ellos reclaman sus derechos, nosotros hacemos panchos por cualquier cosa. Ellos protestan, nosotros nos quejamos porque algo queremos de a gratis. Esta es, finalmente la diferencia.

Para convencernos de que aún existen antreros buena onda, los del DF marchan en pleno Reforma, con lo inseguro que es la ciudad y se atreven a ello, para convencer a las mochas autoridades de que cerrar a las dos de la mañana es como pertenecer al cuarto mundo.

¡No! una ciudad cosmopolita como el “defectuoso” no puede tener ese tipo de restricciones. A nadie, por lo menos a ese extraño sector, no les impresiona el número de personas que fallecen a consecuencia del alcohol, pues sostienen la máxima de a nadie se le puede obligar a hacer algo que no quiere hacer.

Hemos sido muy puntuales al respecto, escuche a un antrero decir. A las dos cerramos la barra, pero algunos se quedan hasta con una botella completa y no salen hasta que se la terminan, ni modo que los aventemos a la calle, eso sería algo más grave.

Palabra que hagan de cuenta, lectora lector queridos, escuché a la Jefa del Estado Mayor de esta columna, es decir todos, absolutamente todos tienen la culpa, meno yo-yo. Así me sonaron los antreros.

En fin, esa es, entonces, la diferencia entre una marcha y una manifestación. ¿Qué tal les quedó el ojo?, algunos pensaron que a este alado ya se le habían ido las cabras al monte, pero no, ya lo comprobaron que no.

Otra de las diferencias es que en las marchas no se venden raspados, aguas de a tres pesos, tlacoyos, tacos o pambazos ¡no!, jamasmente en estas muestras de inconformidad se venden yougurt ligth, agua embotellada Bonafont o Ciel, barras dietéticas, paraguas y pañuelos desechables con áloe.

En las marchas, las consignas son “ o sea como se los explico, con voz modulada, en tonos semialtos, pero sin llegar a los decibeles que lastimen los oídos propios y ajenos, que se escuche, pero que sea nice”.

Las mentadas de madre, pueden ser con algo de “espaninglish”, o sea como que todos los mirones son carentes de calzones y que las autoridades vayan y molesten a sus “mothers”. De las manifestaciones ya ni les digo, porque entonces hasta pierdo el equilibrio, digo, porque sinceramente hay algunas que son la muestra viviente de la creatividad.

Así es que sin más ni más que viva la igualdad, luchemos porque todo mundo seamos iguales que la diferencia no sea un obstáculo para frenar al mundo. Que la diferencia sólo sea hombre-mujer.Cierro pico. Ven y Ve.

Mi correo es: oviparo2002@yahoo.com.mx

Acerca de Alfredo Albíter Sánchez

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