Opinión

Lo cotidiano con clase

Los mexicanos y  extranjeros interesados por el arte y la cultura, tienen una invaluable oportunidad de desentrañar cómo es que los héroes se constituyen y llegan a estar presentes entre nosotros, al recorrer la exposición Gesto, identidad y memoria. La escultura, un lenguaje para la Historia de México.

La muestra, abierta hasta enero del 2011   en el Museo Nacional de San Carlos, está integrada por 110 piezas de museos del Instituto Nacional de Bellas Artes, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal y colecciones privadas.

El objetivo es despertar el interés del público en reconocer las esculturas que  se pueden ver todos los días en avenidas, calles y plazas más transitadas y, a partir de esto, mirarlas con nuevos ojos, desentrañando cómo es que nuestros héroes se constituyen, llegan a estar presentes entre nosotros y por su presencia poderlos reconocer.

En el marco del Bicentenario de la Independencia de México, la exposición aglutina esculturas, pinturas, grabados, dibujos, fotografías, libros, manuscritos, algunas revistas y videos que en su mayoría fueron realizadas en el siglo XIX en México y Europa.

Gesto, identidad y memoria. La escultura, un lenguaje para la Historia de México, es una de las exposiciones conmemorativas de la gesta independentista más relevantes que realiza el INBA.  Analiza el lenguaje plástico académico empleado para la creación de episodios y la representación de personajes de la historia nacional que a partir de 1846 fue promovido en México, en gran medida por el catalán Manuel Vilar.

Al inaugurar la exposición,Teresa Vicencio Alvarez, directora general del INBA, indicó que la escultura conmemorativa es la única que no podía faltar. Constantemente escuchamos hablar de la historia o de los personajes históricos de “bronce”, expresión que señala crítica e irónicamente a una cierta narrativa y a una cierta representación de los hechos que han conformado el país que hoy conocemos.

El recorrido inicia con una sala introductoria donde el público conocerá dos de las principales obras de la muestra: el Tlahuicole,  de Manuel Vilar, y la escultura de Vicente Guerrero, de Miguel Noreña; continúa la sala dedicada al primero de cuatro núcleos temáticos del propio Vilar, un nazareno en la Academia Nacional de San Carlos (1846-1860), destacando piezas como el óleo titulado Giotto y Cimabue, del mexicano José Obregón; la acuarela de Friedrich Overbeck, conocida como La Anunciación y la Visitación; así como la escultura de San Carlos Borromeo protegiendo a un niño.

De las actividades alternas, se prepararon visitas guiadas caracterizadas, talleres familiares, cuentacuentos y un espacio lúdico durante los fines de semana de octubre, noviembre y diciembre de 2010 y  enero de 2011, con el propósito de acercar a los más pequeños y a sus familias al mundo del arte.

Normalmente, aprendemos a convivir con los héroes nacionales en los libros de texto, en las fiestas patrias y nunca pensamos que hay todo un proceso por el cual se convierten en héroes a través de las discusiones entre historiadores, de escritos de los literatos y de las escenas en los libros de historia.

Ahora, se tiene la magnífica oportunidad de hacer todo esto visible en la muestra Gesto, identidad y memoria. La escultura, un lenguaje para la Historia de México, que se recomienda ampliamente.

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