Opinión

Lo cotidiano con clase

Si ya de por sí es grave y preocupante la delincuencia organizada y el narcotráfico en México, ahora se le suma otro ilícito, igual o mayor: el contrabando de armas que tan sólo en la frontera norte genera anualmente ganancias mayores a 30 mil millones de dólares como resultado del comercio clandestino.
De acuerdo con las Organizaciones No Gubernamentales, Amnistía Internacional, la Red Internacional de Acción Contras las Armas Ligeras y la Red por los Derechos de la Infancia en México, hay más de 15 millones de armas ligeras circulando en nuestro país y entre 2007 y 2008 se vendieron en promedio 14 armas cortas diariamente, cuando en el 2006 el promedio era de 10. Además, cada día se compran ilegalmente cerca de 10 mil cartuchos para armas cortas.
Con base en estas cifras duras sobre el contrabando y venta de todo tipo de armas en territorio mexicano, es que la Comisión Permanente del Congreso de la Unión aprobó un acuerdo presentado por los senadores priistas Ramiro Hernández García y Fernando Castro Trenti, en el que se hacen votos para que el senado norteamericano ratifique la Convención Interamericana Contra la Fabricación y Tráfico Ilícito de Armas de Fuego, Municiones y Explosivos y otros materiales relacionados.
La propuesta probada cita que la Convención Interamericana fue una iniciativa del gobierno mexicano en el marco de la X Cumbre del Grupo de Río presentada en 1996 y sentó un importante precedente en la materia al ser la primera de su tipo. Posteriormente, en 1997, Estados Unidos tuvo un papel clave en la firma de dicho acuerdo regional, sin embargo, no cuenta con el pleno reconocimiento al no tener la ratificación del Senado estadounidense
De ahí, el llamado de los legisladores mexicanos a sus pares del otro lado para que contribuyan al fortalecimiento de la cooperación entre ambos países en el combate al crimen organizado, narcotráfico y terrorismo, ya que este tipo de actividades requiere del intercambio de información y experiencias, así como de otras medidas a nivel nacional y bilateral.
Sobre todo —hay aquí, un punto que además de preocupar, debe ocupar a las autoridades, es que con datos de organismos internacionales, se valora la dimensión del problema a escala mundial y se concluye que la cosa no es menor si se considera que existen 875 millones de armas en el mundo, de las cuales 8 millones se fabrican cada año, periodo en el que las autoridades sólo destruyen 800 mil.
En México, acotan los senadores, el tráfico de armas se ha convertido en el segundo delito en importancia cometido por el crimen organizado, debajo del tráfico de drogas. Constituye el 15 por ciento de los delitos federales cometidos en todo el país y únicamente se han incautado 52 mil armas en los últimos dos años.
No es ocioso, por tanto, resaltar el peligro que para la seguridad y gobernabilidad de los países, es la fabricación y tráfico ilícito de armas que amenaza, el bienestar, desarrollo social y económico de los pueblos y su derecho a vivir en paz. ¿ Serán otros los intereses del Senado de Estados Unidos al no implementar la Convención Interamericana? Simple pregunta.

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