Opinión

Legislativa ambiental

El día 28 pasado, en el Papalote Museo del Niño, se realizó el lanzamiento formal de Alerta Amber México. Se trata de una red nacional cuyo propósito es enlazar en forma inmediata a autoridades, ciudadanos, organizaciones no gubernamentales (ONG), y medios de comunicación, para localizar y regresar a sus familias a niños desaparecidos.

Una de las convocantes al evento, y participante en su desarrollo, es la diputada Rosi Orozco. Ella es, sin duda, de las más activas promotoras de la defensa de los infantes ante la delincuencia. Los niños y las niñas constituyen uno de los sectores más vulnerables del país ante hechos criminales en cuya perpetración no se distingue condición social, económica, cultural.

La legisladora actúa, en esta plataforma, en forma congruente con su condición de representante popular, pero también desde el marco de las organizaciones sociales en las cuales ha sido y es, espíritu y acción ejemplares. Valores dignos de emulación. En su hacer encontramos un modelo de comportamiento al cual convocaba el filósofo alemán Emanuel Kant: “Obra en forma tal que la máxima de tu acción pueda ser elevada a la categoría de norma de universal observancia”. Por desgracia, hoy, no hay muchos que puedan alcanzar semejante distinción.

En la tragedia que se vive, son víctimas potenciales de la delincuencia, lo mismo quienes viven en una zona residencial que los habitantes de una colonia popular; los que transitan por las calles y carreteras de México en un autobús, del servicio que sea, que quienes lo hacen en automóviles de lujo; los alumnos de una escuela pública o privada; preadolescentes y pequeños de brazos; los hijos de un empresario o los de un comerciante en pequeño; los hijos de obreros y los de campesinos.

Si bien ha advertido la muy reconocida legisladora Orozco: las víctimas de secuestro, de condición popular, están destinadas a fines perversos de la peor laya. A ellas ha dedicado el más grande y valiente de sus esfuerzos.

La Alerta Amber es un movimiento surgido en Estados Unidos, donde ocurrió el secuestro y homicidio del hijo de Charles Lindbergh, pequeño de apenas 1 año. “El crimen del siglo”, lo llamaron en aquel país. Ese doloroso acontecimiento sufrido en la familia de un héroe, motivó la promulgación de la Ley Lindbergh en la cual, ese delito se tipificaba como federal.

La Alerta Amber es un sistema cuyo objetivo es aumentar la probabilidad de captura de secuestradores, antes de que transcurran las horas críticas. Llegado el caso, la tarea es seguida a través de la comunidad; de sus organismos no gubernamentales; de los gobiernos federal, estatal, municipal, a través de sus instancias de seguridad, de las de prevención y las de respuesta.

La participación ciudadana, con amplia capacidad de movilización como hemos visto en dolorosos casos recientes, ha arrojado resultados. Están a la vista. Ha abonado a la comprensión y atención de quienes deben hacerlo. En este propósito han sido recibidos y escuchados dirigentes de organismos de la sociedad civil en San Lázaro. Han tenido la oportunidad de aportar sus puntos de vista a comisiones a cargo del análisis y dictamen de iniciativas destinadas a construir normas o reformarlas, cuyo propósito es proveer un marco de seguridad adecuado a los requerimientos de México.

La Alerta Amber cuenta con una eficacia de entre 80 y 90 por cierto en los países donde funciona: EU, Inglaterra, Grecia, Holanda, España, Canadá y Australia. Esperamos que en nuestra patria los resultados sean mejores. Alentamos la esperanza de que nunca más, nuestras familias, padezcan el dolor de la pérdida de uno de sus hijos, o hijas, por acciones criminales.

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