Opinión

Legislativa Ambiental

El diputado Fernando Morales, presidente dela Comisión Especial en Materia de Protección Civil, de la Cámara de Diputados, LXI Legislatura, promueve junto con sus demás integrantes, el regreso de aquella, a la condición de comisión ordinaria. Regreso, porque ya existía como tal. Así está en la Cámara de Senadores, bajo la presidencia de Francisco García Lizardi.

El asunto no es menor. Si bien los legisladores que encabezan comisiones especiales quisieran que fueran llevadas a la categoría de ordinarias, en el caso que nos ocupa, el propósito pareciera estar debidamente fundamentado.

Las comisiones ordinarias tienen la potestad de dictaminar iniciativas que habrán de ser votadas en el pleno. Es más determinante su peso en la discusión y aprobación del presupuesto de egresos de la Federación, particularmente en el momento de aprobar las partidas correspondientes, entre ellas la del Fondo de Desastres Naturales, FONDEN. Es mayor su influencia en la fiscalización y evaluación de desempeño en el ejercicio gubernamental.

Fernando Morales, diputado por el estado de Puebla, presentó una ponencia en el pasado Congreso Nacional Ordinario de la CNC: “La Confederación Nacional Campesina ante los desastres naturales”. El conducto fue el licenciado Alberto Cayeros, de reconocido historial agrarista. Entre otros cargos en el servicio público, tuvo el de director de capacitación en Centros Conasupo de Capacitación Campesina, CECONCA, institución víctima de los afanes de “adelgazamiento” de los tristemente célebres neoliberales, en los gobiernos de México.

Dice el legislador poblano: “Los desastres naturales impactan, en mayor o menor medida, a todos quienes los sufren, en general. Sin embargo, la población rural es más vulnerable. Por su asentamiento en lugares de mayor riesgo; su ubicación en áreas con carencia, insuficiencia, deficiencia, de obras y servicios municipales; por su composición demográfica, los jóvenes emigran a zonas urbanas o al extranjero en busca de las oportunidades que no encuentran en sus lugares de origen; bajo nivel escolar de las familias, si bien se reconoce que su conocimiento de la Naturaleza y de su entorno inmediato y próximo, les permite disponer de experiencia útiles ante contingencias; por menor acceso a la información relativa; por la falta de personal capacitado para prevenir los acontecimientos, asumirlos en su desarrollo y enfrentar las consecuencias; por falta de asistencia oportuna de las autoridades de los tres órdenes de gobierno en la prevención, atención de los eventos en desarrollo y en sus secuelas”.

Sí, la gente del campo tiene un mejor conocimiento de la Naturaleza. Sus experiencias les llevan a anticipar  acontecimientos, no los pueden resolver por insuficiencia de recursos destinados a ellos, entre otros los del Fonden. A esta circunstancia se agrega la cadena de trámites burocráticos, hace que su aplicación llegue tarde.
Con frecuencia vemos, por fotografía en medios impresos e imágenes en televisión, damnificados que muestran cartones, en los cuales reclaman no haber recibido ayuda. Vimos las del Presidente Felipe Calderón, acompañando al gobernador Fidel Herrera Beltrán, “yo sí soy bombero”, en visita a la inundada Tlacotalpan. Recorrieron calles con el agua a la cintura. Primera ocasión en que veo semejantes escenas del Presidente. No es el caso del gobernador veracruzano. Lo ha hecho cuantas veces ha sido necesario.

Una visita similar, a Martínez de la Torres, en Veracruz, me lleva a uno de los recuerdos indignantes que tengo de Ernesto Zedillo. Cuando un lugareño se cruza a su paso, le reclama el apoyo que no ha llegado y el entonces presidente le dice: “usted cállese, porque yo soy el presidente de México y me la va a pagar…”

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