Opinión

Las políticas neoliberales impactan la soberanía alimentaria de México

Ricardo Chávez y Carmen Gómez T. Icardo Chávez

Argumentan de los bajos costos por su importación, incluso importando granos y semillas cuando los productores nacionales están cosechando, lo que impacta el precio del producto con un bajo precio en el mercado nacional al producto cosechado. Esta política de precios hace que los campesinos nacionales, ante los altos costos de producción y bajos precios a sus cosechas vayan desapareciendo del mercado nacional e internacional, dejando el campo abierto a las corporaciones multinacionales, que dominan el campo de la exportación e importación de granos, desmantelando la producción nacional de granos y otros productos agropecuarios. Esta situación de crisis en el campo mexicano se profundiza ante la disminución de recursos financieros del estado al campo y la puerta abierta a los productos de importación, mediante los permisos de importación a discreción, dados a corporaciones multinacionales sin tomar en cuenta la existencia de productos agropecuarios en cosecha o en bodegas.

Ante esta situación que guarda la producción y el mercado nacional es importante generar toda una acción hacia el consumo de productos de productores mexicanos, desarrollar redes de abasto y comercialización que permita la circulación de estos productos a los consumidores nacionales en especial hacia los sectores populares, de barrios y colonias.

Buscar un precio donde el productor tenga un beneficio mayor que el precio generado por el impacto de los precios de los productos importados y con subsidio o de dumping y que, a la vez, se benefició el comercializador o consumidor final, ante los altos costos de los productos, acaparando y comercializados por las corporaciones nacionales y multinacionales que ya dominan el mercado nacional e internacional de granos, semillas y productos agropecuarios, los altos costos a que tienen que pagar los alimentos los sectores populares hacen que cada día baje el promedio por kilos del consumo de alimentos y nutrientes en los sectores populares que, cada día, pierden capacidad de consumo por los bajos salarios.

Las políticas que privilegian la importación de alimentos a costa de la producción nacional repercuten en la salud de la población mexicana. En el caso del maíz importado de los Estados Unidos, muchas cosechas son de origen transgénico, son semillas modificadas genéticamente y cuyo consumo están ligados a alteraciones genéticas, crecimiento anormal de órganos y al cáncer.

Más de 60 millones de mexicanos pobres existen en México, donde 26.5 millones están en extrema pobreza, mejor dicho en la miseria, como consecuencia de tener los salarios más bajos y los índices más altos de desnutrición donde el 70% de los hogares experimentan la manera más aguda de la pobreza y ésta se localiza en el campo y en las conurbaciones de las zonas urbanas, de poblados y metrópolis como (Cd. de México, Puebla, Guadalajara, Monterrey) donde 3 de cada 5 hogares se encuentran en una situación de extrema pobreza o, mejor dicho en buen castellano, de miseria.

La soberanía alimentaria en estos últimos años está en peligro, ya que la dependencia alimentaria va en aumento en relación con los Estados Unidos, el más grande productor, acaparador y comercializador de granos, como maíz, trigo y soya, con el cual se formó el (TLCAN), Tratado de Libre Comercio, Canadá – Norteamérica y ante las políticas de México de apertura de fronteras por la gran capacidad de producir granos y de los apoyos que Estados Unidos da a sus productores tiene los productos básicos más bajos que los que produce agricultor nacional, haciendo que domine en el mercado nacional de México los granos importados de Estados Unidos y cada día dependamos de sus productos, poniendo en peligro el riesgo de la soberanía alimentaria de México.

Este asunto de la soberanía alimentaria, que México considera como seguridad alimentaria, garantizando la importación de alimentos básicos para el mercado nacional, a costa de la pérdida de ganancias de los productores nacionales los cuales cada día se salen del mercado nacional con el riesgo de desaparecer como productores de básicos dejando el campo libre a las corporaciones multinacionales, esto no es resultado de una crisis pasajera ni de políticas fallidas del gobierno mexicano, sino es una respuesta a las formas cómo funciona el modelo neoliberal que privilegia el interés de las grandes corporaciones multinacionales y nacionales sobre el interés social de la población mexicana.

Por esta razón, en la medida que pasa el tiempo, el problema alimentario y la venta y renta de la tierra se agudiza en vez de resolverse, porque el gobierno neoliberal no va a resolver el problema alimentario con las políticas de seguridad alimentaria, apostándole a la compra de productos a través de la importación, dejando en peligro de desaparecer la producción de los productores nacionales como ejidatarios comuneros y pequeños propietarios minifundistas. Sólo la organización de éstos y los sectores populares, para exigir al gobierno una verdadera política de soberanía nacional que priorice el mercado nacional.

El problema alimentario nos afecta a todos y no sólo a los campesinos. Necesitamos unir esfuerzos los productores del campo, consumidores y comercializadores de las zonas urbanas y de la ciudad, como de las grandes metrópolis donde se localizan los más grandes asentamientos humanos de los sectores populares, impulsando organizaciones de de productores como Sociedades de Solidaridad Social, Sociedades de Producción Rural y organizaciones de avecindados y colonos como consumidores para unir esfuerzos para lograr una mejor calidad de vida. Impulsar una vía de desarrollo alternativa para fortalecer la producción agropecuaria y realizar acciones para luchar por la soberanía alimentaria.

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