Opinión

Las grandes familias

Este país ha cambiado. En los primeros 100 días del nuevo gobierno hemos visto grandes cambios.

Podemos vislumbrar al anuncio de reformas por venir, grandes cambios en todos los ámbitos. Que sea para bien.

Hay algo en lo que hemos cambiado poco, aunque los Representantes Asambleístas del Distrito Federal, quisieran cambiarlo todo.

En lo que hemos cambiado poco es en la familia. La familia mexicana, seguirá siendo por algunos años el eje de la vida nacional.

Hasta ahora las grandes decisiones se toman y forman en el hogar.

En unos días y ante la proximidad del asueto de primavera con motivo de la Semana Santa, casi en automático las familias se dirigirán a las playas para disfrutar así en forma casi involuntaria, la tradición que durante años los abuelos nos legaron.

Grandes familias hacen grandes naciones, pero toda familia tiene problemas, sin embargo los tiempos difíciles cuando son sorteados proporcionan fuerza perdurable a sus miembros y los llevan a patrones estables de amor y armonía.

Todo matrimonio tiene épocas de crisis, momentos en los cuales un cónyuge y a veces los dos, casi sucumben a la tentación de rendirse. Muchas ocasiones un cónyuge juzga al otro de infiel o de irracional, esgrimiendo la otrora frase favorita de incompatibilidad de caracteres.

Solo las grandes familias sobreviven a los embates de la misma naturaleza humana, las familias pequeñas, se deshacen. Es trágico que sobrevenga un divorcio, porque con él todos perdemos, los cónyuges y la sociedad. Las grandes familias son aquellas que estiran al máximo sus relaciones en medio de sus problemas, pero no rompen las ligas que los unieron en sus momentos difíciles.

La Biblia nos habla de Abraham, de Job, de David, nos muestra sus vidas y podemos casi ver a la mujer de Job, instando a maldecir al Creador. La Biblia también nos muestra la vida de hombres que fracasaron como Caín, Sansón, Salomón y el mismísimo Judas. Estos tuvieron vidas fracasadas y así sus matrimonios y familias sin duda se perdieron irremisiblemente.

Existe lamentablemente hoy día una tendencia en nuestra sociedad, semejante a quien adquiere un automóvil, desde que se compra se planea cambiarlo cuando menos cada dos años. Así piensan algunos tocante al matrimonio, inclusive personas religiosas y muy religiosas que saben y conocen las Sagradas Escrituras.

Las grandes familias seguirán existiendo porque hay un Dios que conoce cada herida, desilusión o traición y ha sembrado una semilla que crecerá hasta ser un gran árbol, donde muchos hogares cual pajarillos, formarán sus nidos en amor y eterna confianza.

Si usted quiere tener una gran familia, acérquese al Dios de misericordia, perdonador y restaurador de todo cuanto existe sobre la tierra. Un día que conocemos como Viernes Santo entregó a su propio Hijo, para que todos tengamos una gran familia. r

*Pastor General de la Iglesia Cristiana Interdenominacional, A.R. ser@iciar.org

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