Opinión

La religión de los Patriotas

Aarón Cortés Hernández*

La palabra “religión” se deriva de una voz latina: Religio-Onis cuyo significado es “religar”.

La religión representa aquellas actividades sencillas o fastuosas que ligan al hombre en una hermosa relación con Dios. Esto es sin duda algo innato en el hombre, sin duda la religión tiene sus raíces en la constitución misma del hombre pues su naturaleza es religiosa al depender de un Ser Superior.

La experiencia del sabio Isaac Newton es esta: Un día tomó a un niño y lo llevó a un lugar desierto para que no viera a ninguna persona y mucho menos a quien pudiera enseñarle religión.

Sin embargo, el primer sorprendido fue él al mirar en el niño una actitud de adoración, es decir, lo vio arrodillado. El sentimiento religioso es algo universal y natural en el hombre.

En América Latina viven en su mayoría personas que profesan la fe católica, el protestantismo es todavía una planta exótica; muchas voces se alzan para pregonar que esta religión, que muchos llaman “el evangelio”, fue impuesta por emisarios foráneos, los cuales estaban llenos de muchos intereses inconfesables.

Si la intromisión del protestantismo en México es real, la pregunta sería: ¿Ha predestinado Dios a nuestra Patria para ser católica y romana? Siguiendo en este tenor ¿cuál debe ser la religión de los patriotas? Muchos antagonistas del protestantismo dicen que la religión evangélica es “artículo de importación” pero si lo es, no lo es menos el catolicismo romano que se impuso a sangre y fuego a los indígenas que vivían aquí cuando el descubrimiento y conquista de América. Los españoles que nos conquistaron habían terminado no hacía mucho la guerra contra “los moros”, y ahora se imponía la guerra contra los indios. Peleando contra ellos y cometiendo toda clase de atropellos, desmanes y depredaciones se “catolizó” a toda América.

Eso que pasó hace más de quinientos años, no se puede decir en buena lid, que México fue cristianizado. La gente del extremeño Hernán Cortés, como de Pizarro en el Perú, no tenían como interés colonizar estas tierras, no tenían tampoco la atracción de habitar estos lares, aquí ellos vinieron a buscar riquezas que bien sabemos obtenían a cambio de espejitos, ellos buscaban afanosamente esas riquezas, pero no las buscaban haciéndolas brotar de la tierra, cual fruto del sudor o del ingenio, no, ellos las obtenían como conquistadores que vienen saquean y se van. La tierra, sin ellos desearlo, los atrapó, en contra de su voluntad echaron raíces y resultaron los “criollos” que con el tiempo nos sacudirían el yugo de nuestras espaldas.

Miguel Hidalgo y Costilla nunca pensó que el Evangelio fuera algo extranjerizante, como no pensó que fuera necesario “indigenizar” el cristianismo; lo mismo pensó Fray Servando Teresa de Mier, el gran opositor a las apariciones del Tepeyac. Pero aunque suena extraño, tampoco pensaron que el catolicismo romano fuera importado, aunque provenía del Vaticano, de España o de Portugal.

Aquello que es innato en el hombre, no se le puede etiquetar con geografía o filosofía, los patriotas de estas tierras han colaborado con Dios, a quien siguen confiando el crecimiento de la Patria, se lo confiamos todavía. Tenemos fe en que un día México se levantará y como faro luminoso indicará a todos los hombres de este continente la ruta que llevará a la integración eterna y feliz de la persona humana. No deseamos quede la idea que la religión de los patriotas es la evangélica, mucho menos que Dios sea evangélico, pero Dios no puede dejar de velar por hombres y mujeres que bajo su dirección, y con espíritu de humilde obediencia, buscan llevar a sus semejantes la Palabra de Aquél que habló en el Monte y murió por todos nosotros en el Calvario para Salvación.

*Pastor general de la Iglesia Cristiana Interdenominacional, A.R.

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