Adolfo Montiel Talonia
El Presidente Andrés Manuel López Obrador encara al Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con un discurso audaz de varias aristas. Es una estrategia política con doble o triple sentido Es inteligente y es amistoso. Tiene intención de encontrar identidad y apoyo con los “paisanos” que suman millones y tiene la sutiliza de llegar a los demócratas. Esto último es la jugada mayor. Pero es de alto riesgo.
Políticamente se mete al proceso electoral que se ventila en Estados Unidos. México será parte de la campaña electoral. Por un lado Donald que busca la reelección. Y lo hace con varios puntos de combate, buscará los extremos para halagar a los radicales. Y ya abrió los ataques contra México. Uno de ellos es su anuncio de imponer aranceles comerciales a productos mexicanos.
La respuesta de los demócratas ya salió, advirtiendo que es un acto arbitrario del mandatario estadunidense, contra México, cuando está por firmarse el convenio del Libre Comercio. Esta es la tercera línea que busca López Obrador. Con su carta y discurso de amistad, con el Presidente de EEUU; pero a su vez deslinda, que la amistad es con el pueblo. Muy a su estilo, dar el golpe. Y es más advertencia. Es de alto riesgo; pero debía responder.
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