Opinión

La adopción de los hijos de Dios

Adopción: Acción de adoptar o prohijar. Recibir a alguien por hijo, hacerlo propio. La adopción es el acto por el cual una persona acoge a un desconocido como miembro de su familia, reconociéndolo como su hijo y constituyéndolo heredero de sus bienes. En la doctrina de la salvación, la adopción es el acto declarativo de Dios por el cual, después de haber sido justificados por la fe en Cristo Jesús, somos recibidos en la familia de Dios con todos los derechos de la filiación. Es un acto libre de la gracia de Dios, que al recibirnos por hijos nos constituye herederos del patrimonio celestial. La adopción, como ya dijimos, ocurre en el mismo momento de la justificación y la regeneración.

El perdón borra el pecado, la justificación nos hace aceptos delante de Dios, la regeneración cambia nuestro corazón y en la adopción somos recibidos en la familia de Dios en la calidad de “ser hechos hijos de Dios” (Jn.1:11-12). ¿Cuáles son los beneficios de la adopción? Muchos. Mencionemos sólo tres de ellos. Primero. El privilegio de la filiación. Venimos a ser hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; y si hijos, podemos decirle: “Padre nuestro”; y en tanto que hijos, podemos pedir y recibir todo lo que Él nos ha prometido (Mt.7:7-8). Segundo. Protección y amparo. En la seguridad absoluta de saber que Él es nuestro Padre vivimos confiados en su protección, provisión y sustento (Sal.104). Tercero. Herencia incorruptible. En la calidad de hijos somos herederos de Dios y coherederos juntamente con Cristo.

Nuestra herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible está reservada en los cielos para todos los que hemos recibido la potestad de ser hechos hijos de Dios (1P.1:3-5). Así que la adopción no sólo es una provisión hermosa, sino gratuita en el plan eterno de la redención. El saber que somos hijos de Dios por adopción, que nuestro nombre está inscrito en el libro de la vida y que poseemos desde hoy vida eterna, así como una morada celestial, nos mueve a adorar a nuestro Señor y Salvador Cristo Jesús.  Querido amigo, ¿quieres recibir la potestad de ser hecho hijo de Dios y gozar de todos los beneficios de esta filiación? Cree en Jesucristo el Hijo de Dios y recíbelo en tu corazón como tu único y suficiente Salvador. ¡Hazlo ahora!

 

Noé Díaz Alfaro es Pastor en la
Iglesia Cristiana Interdenominacional, A.R. ser@iciar.gob

 

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