Opinión

Haití, un ejemplo: las potencias, preparadas para la guerra, no para la ayuda desinteresada al pobre

En el mundo egoísta, calculador y materializado de nuestros días, en el que las grandes potencias no dan un paso sin cálculo y propósitos de ventaje que incrementen sus dominios, Haití es dramático estremecedor punto de referencia y lo primero que resulta necesario preguntar es:

“¿Qué hacen las tropas norteamericanas que según informan agencias internacionales, “ya ejercen el control sobre la isla”- se habla de 3,000 soldados gringos -, mientras en un típico caso del caos creado en la desgraciada isla una monja clama por ayuda para el rescate de 16 cuerpos de religiosas que murieron atrapadas?

Quienes como reporteros – en mi caso, del diario “Excélsior”– , tenemos la experiencia de lo vivido y sufrido con motivo del terremoto del 19 de septiembre de 1985, en materia de rescate de personas vivas atrapadas bajo los escombros, vemos con asombro que muchas cosas extrañas ocurren en Haití, uno de los países más pobres y habitado casi en su totalidad, por gente de color.

En las escenas que hemos visto en los canales televisivos y en fotografías de varios periódicos, no se ha visto que la labor de rescate de personas vivas y cadáveres haya sido lo primordial en suelo haitiano, donde al decir del Pentágono, “los muertos son entre 150 mil y 200 mil”. La ONU dice que la experiencia vivida es terrible.

La ayuda desinteresada de parte de países como México, que han aportado auxilio sin más fin que aliviar el dolor humano, de acuerdo a las informaciones no han podido llegar en su totalidad a quienes necesitan el socorro, en tanto que Obama , como si se tratara de la invasión militar de otro país, ordena la movilización militar de reservistas y el subcomandante del Comando Sur norteamericano afirma que “vamos a prepararnos para lo peor y a mandar más reservistas ”.

Hay temores, especialmente de naciones del Cono Sur, de que se esté ocupando militarmente la isla por parte de los Estados Unidos, puesto que informes procedentes de Washington hacen saber que “Obama anunció que autorizó al secretario de Defensa, Robert Gates, y a la secretaría de Seguridad Interior, Janet Napolitano, poner en marcha todas las unidades de reserva que sean necesarias.

¿Acaso todo lo anterior es el principio del funcionamiento de una base militar norteamericana en la estratégica Haití?

No han faltado especulaciones de café en donde se diga que existe el peligro de que, dada la miseria que sufre el pueblo haitiano, los Estados Unidos decidan crear allí otro “protectorado” como el establecido en Puerto Rico.

Puede decirse que de la forma en que actúe la potencia norteamericana se pondrán en claro muchas situaciones dentro de las cuales se adivinen las intenciones hegemónicas de la administración de Obama, mismas que cada vez son más parecidas a las de Bush.

La ayuda a los damnificados, tanto en cuestiones de rescate, como de salud pública, asistencia hospitalaria, alimentos, recuperación del aparato productivo haitiano, etc., debe efectuarse en forma expedita.

Más allá de especulaciones, el hecho es que, más que soldados que siembran el temor de que el país pueda ser objeto de una invasión castrense, se necesitan brigadas sanitarias, médicos, alimentos, medicinas, albergues y medidas que reincorporen al trabajo, en el breve plazo, a los haitianos. Es de creerse que los Estados Unidos tiene, con motivo de las desgracias que sufren los haitianos, la oportunidad de demostrar que no sólo es invencible en eso de invadir países como ahora lo hace con Irak o Afganistán, sino que también tiene sentimientos de generosidad y de ayuda con las naciones empobrecidas por la brutal economía deshumanizada y carente de moral de la globalización económica. Deseamos que se disipen temores, el tiempo lo dirá.

mmc.informacion@yahoo.com.mx

Acerca de Manuel Magaña Contreras

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