Opinión

Gobierno: Tres Poderes… Tres Órdenes

* Oportuno reconocimiento hizo el Presidente Enrique Peña Nieto a la ingeniería mexicana en dos eventos. En la Puesta en Operación de los Primeros 10 kilómetros del Túnel Emisor Oriente y en la entrega del Premio Nacional de Ingeniería y Arquitectura. En el primero dijo: se trata de un gran esfuerzo de ingeniería. Se ha realizado por varias décadas para manejo de las aguas pluviales y residuales de la Zona Metropolitana, en la ceremonia ofreció definir, para ahora y los próximos años, las nuevas fuentes de abastecimiento de agua para la megalópolis. “Vamos a elevar, dijo, la sustentabilidad del Valle de México”.

* Sustentabilidad, desarrollo sustentable, es la propuesta de la UNOMDIE, la preside Beymar López Altuzar, ingeniero civil por el Instituto Politécnico Nacional, la cual comparte Mi Ambiente. Por ello avanzan en la constitución de la Fundación UNOMDIE para el Desarrollo Sustentable, previa a la creación del Instituto para el Desarrollo Sustentable, dedicado a estudios profesionales en carreras relativas.

* Las leidis: la de Polanco, la del Senado, la de la colonia Roma, y otras, tienen su contraparte en sires panistas. El de Ixtapaluca. Un edil. Ebrio, según testimonios, presume la energía de su voz de mando “¡Firmes…!” ante un policía. El de Islas Mujeres vociferó que el PRI ya lo tiene “hasta…”, omitimos la palabra para no herir susceptibilidades y no incurrir en falta editorial. El primero de los azules sires renuncia a su instituto político, mas no pide licencia al cargo: “no hay borracho que coma lumbre”; el segundo aclara lo dicho, “es una expresión que yo recogí reiteradamente cuando hablaba con los distintos ciudadanos”. La valentía no es virtud por la cual valga poner en riesgo el prestigio de “educado”.

* En 1968 trabajaba en el Instituto de Investigaciones Socioeconómicas. Lo dirigía Félix Barra García. En ese año habría elecciones en Veracruz, estado de origen de don Félix, y mío. Estábamos por la candidatura priísta de Tristán Canales Valverde, subsecretario del Trabajo, en la gestión del presidente Gustavo Díaz Ordaz. La adhesión a su causa implicaba tareas. Me correspondía dar seguimiento a la información de prensa, en aquellos tiempos el más importante de los medios. En mis análisis, uno de los columnistas a quien prestaba más atención, por su reconocida calidad, era el maestro José Carlos Robles, autor de “A pleno sol”, se publicaba en el Sol de México. En recuerdo de aquellos tiempos y por la amistad con que hoy me distingue, vaya a él mi más afectuoso saludo.

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