Opinión

Gobierno: Tres Poderes… Tres Órdenes

* ¿Se anticipó el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto al felicitar a Nicolás Maduro por su triunfo en Venezuela? No, ocurrió dentro de lo que marcan los tiempos electorales en la nación del Sur. El sucesor de Hugo Chávez fue declarado presidente electo por la autoridad correspondiente y con esto culmina el proceso. Lo que pudiera ocurrir después es otra historia. Por lo pronto, Nicolás Maduro es, de nueva cuenta, primer mandatario de la República Bolivariana de Venezuela. Ahora por elección.

* Murió el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, un mexicano, universitario, de excelencia. Resultaría prolijo hablar de su obra, basta y de reconocida calidad, dentro y fuera del país. Viene a mi recuerdo una anécdota. Platicó a Miguel Antonio Rivera Cortés, otro prestigiado unamita, que había colaborado con él en el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos del 68, cómo había concebido la idea de la construcción de un nuevo templo para la Virgen de Guadalupe.

* Relató el arquitecto que, en alguno de los recorridos por su querida ciudad, caminó por rumbos de la Basílica de Guadalupe. Al contemplar el templo le pareció que ya no correspondía a la afluencia de los devotos de la Emperatriz de América, al tamaño y al movimiento de la ciudad capital. Sin que nadie se lo pidiera, diseñó uno moderno. Tiempo después, en algún evento, coincidió con jerarcas del arzobispado y les comentó su visión de una nueva Basílica. Los clérigos se interesaron. Le pidieron un proyecto. “Ya lo tengo…” Respondió.


* El atentado en Boston, cuando finalizaba el maratón de la capital de Massachusetts, agravia al pueblo norteamericano, pero también al mundo. La procedencia internacional de muchos de los atletas, entre ellos mexicanos, confería un escenario de universalidad a la competencia. ¿Cuál puede ser el origen del o de los perpetradores? ¿Quién lo sabe? Las investigaciones están en proceso. Puede ser extranjero. Pero también ciudadano norteamericano. Los expertos tienen presente el atentado al edificio federal de Oklahoma, en 1997, que costó la vida a 168 personas, niños muchos de ellos. Los criminales fueron estadunidenses.

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