Opinión

Elección en el PAN

Resuelta, en lo formal, en lo estatutario, la elección del presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN. Suficientemente sabido: Gustavo Madero se impuso por un amplio margen, 14 puntos, a su adversario Ernesto Cordero. Así lo había anticipado el triunfador. Había hablado de alcanzar la victoria con una diferencia de 13 puntos. ¿Según visión de augures? ¿Pronóstico de adivinadores y adivinadoras? ¿Consulta a los brujos de Catemaco? Creo que no. El señor Madero simplemente contó las canicas. Suele recomendarlo el político nayarita Salvador Sánchez Vázquez a quienes pretenden contender en una elección cualquiera.

Los partidos políticos son entidades de interés público, por tanto debieran motivar el interés del público, el interés de los gobernados. Para que éstos sigan sus acciones, sus omisiones, sus decisiones, sus indecisiones. ¿Suscribir un Pacto por México? ¿Retirarse de un pacto? ¿Honrarlo a medias o hacerlo a plenitud con todas sus consecuencias? Son decisiones que para lograr efectividad reclaman consensos al interior de sus organizaciones partidarias. Lo visto en el caso del Pacto impulsado por el partido del presidente de México, fue que si bien en el principio permitió acuerdos, no se logró un seguimiento suficiente para aterrizarlos en leyes llamadas secundarias.

Acuerdos y desacuerdos son acontecimientos que se dan en las estructuras de poder y funcionamiento de los partidos políticos, al interior y hacia afuera. ¿Hasta dónde pueden actuar los órganos de gobierno y dirección de una institución política? en lo formal, los estatutos lo señalan, en la realidad depende de la capacidad de convocatoria de sus dirigencias.

Pareciera que Gustavo Madero, en lo formal (estatutario) y en los hechos, tiene la legitimidad y el poder necesarios para convenir con la principal fuerza política de México, lo que conviene a todos: celebrar acuerdos con quien gobierna mayoritariamente en el país, pero también con las otras expresiones del espectro ideológico nacional, principalmente con el PRD, en vías también de renovar su dirigencia. Las capacidades de movilización de las otras fuerzas constituidas en partidos políticos obliga, también, a tenerlas en cuenta, aunque en algunos casos estén sometidas a la decisión de un solo hombre.

A la mitad del segundo año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto las reformas estructurales no presentan los resultados anunciados, esperados, en uno de los aspectos más sentidos por la población: la economía: no mejoran los ingresos de las familias, no aumenta el empleo.

Independientemente de las circunstancias económicas coyunturales de orden internacional, de los rezagos propios, los capitales criollos y los de la globalidad, se encuentran en espera de que las leyes reglamentarias despejen incertidumbres que contienen la inversión, privada y pública. Sujeta la marcha del país a una política económica pro cíclica (crece la recaudación que provee recursos a la inversión pública sólo si la economía nacional crece) no se ve por dónde seguir en las acciones de gobierno si no es con el concurso de todos los actores políticos (mantener el pacto, vigente), o, por lo menos, con los de mayor peso con la finalidad de conseguir los votos necesarios para la aprobación legislativa. Ah, por supuesto, también es necesaria la participación de los agentes económicos, nacionales y extranjeros.

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