Opinión

Educación

Para Aristóteles, filósofo griego, de los más importantes en la cultura occidental, y universal, la educación es infinita: Es un proceso de perfeccionamiento. Nunca termina. La educación dura tanto como la vida de la persona (http://documents.mx/documents/cuadro-de-filosofos.html).

Es de asumirse como un principio fundamental en la historia de los pueblos, de los de Occidente, de los de Oriente. Los de ayer, de mañana, de ahora.

Bajo nuestra perspectiva “la formación” del ser humano, aunque no es su condición exclusiva, entre animales la formación de la descendencia ocurre. Sin embargo, mientras en el hombre (genérico) la educación es consciente, en los otros seres del “reino” es instintiva. Por instinto se aprende a andar, a alimentarse, a huir del peligro, a procrear.

En la formación de los humanos está comprendida la educación. Inmersa en la cultura, en el sentido más amplio del concepto. Diría que el sujeto de la formación, de la educación, comienza a serlo desde la concepción. Desde la forma de ser de los padres. Como éstos son serán los hijos (nuevamente genérico). Si bien por la socialización se afectan conductas. Puede ser condicionante o determinante del modo de ser de la persona.

Nos hemos planteado una interrogante: ¿El hombre es bueno de origen y se vuelve malo? ¿Nace malo y se transforma en bueno? Supuestos extremos en la conducta. Sostengo, el ser humano es contenido de un continente que le marca. La genética tiene explicaciones. Si el continente tiene una superficie tersa, el contenido tendrá características, modos, similares.

Por ello la hipótesis del comienzo formativo desde la concepción. Así, la educación de los hijos debiera comenzar desde la educación de los padres. Cuando aquellos ya son, se preparan para estar, para seguir con el hacer, cuyas formas se adquieren desde instituciones del Estado; públicas, privadas, mixtas.

Inscritos los hijos en instituciones educativas son influidos (otra vez ¿condicionados? ¿determinados?) por agentes y circunstancias: maestros, planteles, organización, calidad de las instalaciones, planes, programas, actores externos, entorno físico y social, medios de comunicación, redes sociales; recursos humanos en general, financieros, materiales.

Todo ello constituye el universo desde el cual, y en el cual, deberá moverse el titular de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño. Parece poseer las capacidades necesarias, vocación, para llevar adelante una tarea de dificultades mayores que las enfrentadas por Hércules en la limpieza de los establos de Augías.

Pero no quede solo al secretario de Educación Pública la tarea. Es, insisto, labor de Estado en la que instituciones públicas y privadas, comenzando por las de la familia, deben cumplir cabal, leal patrióticamente. Difícil será llevarla adelante con éxito si tiene que comenzar por meter al orden a desleales dispuestos a impedir que México alcance mejores destinos.

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