Opinión

Desvío de culpas

Osorio Chong

De un buen tiempo a la fecha, el tema del  armamento en manos de los cárteles  de la droga se ha convertido en un debate desde el cual, por obvias razones, el gobierno federal quiere evadir culpas por la responsabilidad de los casi 50 mil muertos que arroja el combate a la delincuencia organizada. Así, incluso se ha reclamado abiertamente, a los Estados Unidos por la llegada de las armas a nuestro país.

Y por supuesto, nadie podría justificar la actitud de nuestros vecinos al norte de la frontera. Pero si se observa con atención todo el problema, resulta que es el gobierno de México el que a final de cuentas resulta realmente responsable. Si los Estados Unidos, oficialmente o no, busca que las armas lleguen a México es apenas una parte del problema. La otra es que México, por corrupción, incapacidad, compromisos no confesados, falta de autoridad y muchas cosas, no es capaz de evitar esa entrada.

Esto es, la vigilancia en nuestras fronteras y territorio le toca a nuestro gobierno. Y si hay violaciones o fallas, o ambas, la responsabilidad es sólo nuestra. El debate quiere culpar a los “otros”, pero en el fondo lo único que salta a la vista es que, ya sea como gobierno, ya sea como delincuentes o como simples comerciantes, a la hora que los Estados Unidos quieren, nuestras fronteras se convierten en un paseo para quienes desea introducir armamento para los delincuentes en nuestro país.

Y de esa responsabilidad, discursos aparte, es difícil que el gobierno se evada… Y otro tanto sucedió en estos días, con la nueva reunión del Consejo de Seguridad en la que el Presidente Felipe Calderón, para no perder la costumbre, se lanzó en contra de los gobernadores, a quienes responsabiliza de todos los males en el país. Por supuesto, los gobernadores no se dejaron y la reunión no caminó como se esperaba, por más que es el gobierno federal el que quiere sacar ventaja. Si los gobernadores protestan, son culpables, y si son dóciles, lo son más aún. Lo que resulta obvio es que el gobierno federal inició una guerra contra el narcotráfico sin tener una idea clara del problema que se iniciaba, ni de los alcances que tendría al paso del tiempo.

Y ahora, cinco años después y ante el fracaso a la vista, lo que se quiere es encontrar responsables en las filas de los rivales electorales… Por cierto, la nueva campaña en contra de los evasores fiscales deja por supuesto, mal parado a todo el equipo de Hacienda, incluido por supuesto Ernesto Cordero, aspirante a la candidatura presidencial panista, quien fue el artífice de la actual campaña impositiva que se dice, no fue todo lo eficiente que se deseaba. El problema es que se ataca a los medianos y pequeños causantes y se presiona a las personas físicas, ya que a los grandes empresarios y grandes grupos financieros ni siquiera se les molesta con una visita de inspección.

Un nuevo capítulo del terrorismo fiscal, ahora con un nuevo discurso, y todo para justificar la voracidad financiera de un gobierno que ha elevado la deuda interna y externa, que disparó al exceso el crecimiento de la burocracia y que espera que los ciudadanos paguen por todo ello y sin el menor reparo… Humberto Moreira, presidente del PRI, inició un movimiento político para responder a los embates del gobierno por todo el asunto de la deuda en Coahuila. Más allá de las respuestas y las nuevas demandas, lo que resulta obvio es que Moreira está políticamente acabado. Puede quedarse en el cargo al menos un poco más, pero todo mundo sabe que las decisiones en el PRI las toma Miguel Angel Osorio Chong. El problema, sin embargo, es que en todo esto, quedan dos temas en el aire. Uno, el crecimiento de la deuda externa del país, duplicada por Felipe Calderón, y la ruta de escape que deberán tomar los priístas para el relevo.

Y en ambos casos, lo que habrá de tenerse en las manos no será más que fuegos de artificio para buscar manipular a la opinión pública… Marcelo Ebrard dio a conocer las razones por las que quiere ser presidente. Y su listado no pasa de ser una muy mala presentación de buenos propósitos. Nada de ideas concretas, nada de respuestas claras y nada por supuesto, de entrar a los temas de fondo. Esta presentación no es más que un capítulo más en la estrategia del señor Ebrard, impulsada por Manuel Camacho, para manipular a los perredistas y a los ciudadanos ajenos a tema, para que crean que Ebrard es diferente. Pero bastaría con recordar el recorrido político de la mancuerna Camacho-Ebrard para entender qué es lo que buscan. Y por supuesto, ello para no hablar de la desesperación que la pareja siente para aparecer ante Felipe Calderón como una buena opción ante el crecimiento del PRI en las encuestas. r

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