Opinión

Debate sobre el IVA

Con los festejos por el Bicentenario y Centenario de la Independencia y Revolución, respectivamente, a punto de poner a la vista no sólo la falta de interés real por hacer algo digno de las fechas, sino las carencias y debilidades de los grupos organizadores, el país entra de lleno a una fiesta diferente, espectacular por supuesto, pero nada alegre.

La batalla por el presupuesto para el año próximo se anuncia más como un intercambio de golpes entre el gobierno federal y el PRI, que como un debate serio y en busca de respuestas para el evidente estancamiento que padece la República.

El gobierno ha mostrado ya, la ferocidad que habrá de aplicar para culpar a los priístas de todos los males nacionales. Y el PRI ha dejado ver que el discurso triunfalista de Felipe Calderón, especialmente en materia económica, puede ser un buen soporte para una estrategia legislativa que lleve a imponer una reducción de un punto por lo menos, en el IVA. Habrá discursos y críticas de cada lado.

Se buscará que los ciudadanos culpen a la otra parte de los problemas sin resolver. Pero en la práctica, el gobierno ha quedado atrapado en su estrategia de corto plazo, sin planeación de fondo, que aplicó el año pasada para no sólo elevar los impuestos, sino dar vida a otras formas de imposición.

Es sencillo recordar como el gobierno buscó asustar a todo el mundo con aquello de “nos quedamos sin petróleo” y ello obliga a tomar medidas de emergencia. Después, el alegato en torno al hoyo financiero que tendríamos que enfrentar este año cuya existencia demandaba alzas en todos los campos.

Ahora, con el humo de los discursos alarmistas disipado, salta a la vista que el gobierno recibió enormes cantidades de dinero y que a cambio, los resultados son más bien, mediocres. Así las cosas, el primer paso es que, hasta el momento, los priístas anuncian que no habrá una nueva miscelánea fiscal.

Esto es, los impuestos no se elevarán y sí en cambio, bajará el IVA. Ello a pesar de la furia que esta medida provoca en el gobierno. Pero esto es apenas el inicio. La batalla amenaza con ser larga y habrá de cubrir la última parte del año. Y desde ahora, puede verse que en el gobierno utilizarán todos los recursos a su alcance, para tratar de que el PRI no imponga su mayoría en la Cámara de Diputados.

Por cierto, en esta lucha, queda a la vista el silencio de Beatriz Paredes, a la cual cada día le cuesta más, disimilar su interés por quedar bien con el gobierno, sin importar lo que suceda con su partido… Y en tanto este debate se realiza a base de un intercambio de ataques, el problema de la violencia crece en el país, a pesar de los “éxitos” que tanto pregona el gobierno. Y como punto culminante, aparece otra vez, el accionar del Ejército. Ahora con el ataque a una familia, con muertos, heridos y demás. Quejas de todas partes, reacciones de la CNDH y disculpas de las fuerzas armadas. Pero el problema es en realidad, otro.

El Ejército ha mostrado una larga serie de problemas a lo largo del combate a la delincuencia organizada. Y esas fallas responden, en buena medida, a la inexistencia de una estrategia de fondo. Es obvio que las fuerzas armadas no tienen la información necesaria para un accionar eficaz. Y está claro que las órdenes se dictan como reflejo de todo esto. Las víctimas no pueden considerarse como daños colaterales. Son víctimas de la incapacidad oficial y del llevar al Ejército a un terreno en el que, haga lo que haga, habrá de resultar el perdedor.

Por lo demás, está a la vista que los “éxitos” en esta guerra son más palabras en los discursos, que realidades para el ciudadano. Y pueden caer todos los capos que se quiera. En tanto no se dirija el combate hacia el manejo del dinero, todo lo que se diga será mediático. El Ejército ha pagado un precio muy elevado en estos años. Y le falta aún una buena parte de daño por recibir… Enrique Peña Nieto aprovechó su Informe de Gobierno para “demostrar su fuerza política” Pero en realidad, lo que resultó obvio es que al gobernador del estado de México le resulta por demás fácil, suponer que los mexicanos son tontos.

El mandatario afirmó que las alianzas electorales son un peligro para el país. Y con esa afirmación lo que en realidad demostró es una enorme falta de habilidad política. Primero, para nadie es un secreto que el gobernador del Estado de México fue parte vital en el acuerdo a finales del año pasado, para mediante un documento firmado con el gobierno de Felipe Calderón, impedir que las alianzas se pusieran en marcha en su entidad, a cambio del apoyo necesario para elevar impuestos a todos los mexicanos. Después, Peña Nieto lo que ha puesto a la vista es que si las alianzas son un peligro para México, lo que tenemos en la mano es un marco legal que permite ese peligro, ya que las alianzas están permitidas en la ley. Así, el desaforado gobernador mexiquense intentó lanzar un mensaje “demoledor” para poner en alto su manejo político.

2 Comments

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