Opinión

ATISBOS: De agresiones y decepciones

Rafael Cienfuegos Calderón

DISPERSIÓN.- La Administración Pública Federal tiene (según censo del INEGI) un ejército de empleados que supera el millón 698 mil, la mayoría radicada en la Ciudad de México. Son hombres y mujeres cuya edad puede ir de 30 a 60 años que tras posiblemente haber votado por Andrés Manuel López Obrador están amenazados por quien será el Presidente de la República en cuanto a su seguridad laboral. A causa de la descentralización de secretarías de Estado, instituciones centralizadas y órganos desconcentrados corren el riesgo de perder el trabajo que les permite mantener los gastos personales y de su familia. Si bien la propuesta de sacar de la Ciudad de México las dependencias federales e instalarlas a lo largo y ancho del territorio nacional no implica un despido tácito, en los hechos sí lo será, además de una agresión, cuando al servidor público que rechace mudarse (por ser oriundo de la ciudad, por la familia y amigos, por edad, por el trabajo de la esposa y la escuela de los hijos, por la casa que es propia, por salud, por el clima, o porque simplemente no quiere) le pidan que renuncie. Como es seguro que ni loco lo haría, lo tendrán que despedir y de ser así deberán liquidarlo  de acuerdo a la ley, lo que implicaría, si fuera el caso de cientos de miles, un cuantioso gasto. Por otra parte, a los que acepten, el nuevo gobierno deberá garantizar apoyo para pago de mudanza y renta de vivienda, en lo inmediato, así como créditos hipotecarios. Otra situación es la que viven quienes trabajan bajo el régimen de confianza -317 mil en la burocracia federal-, pues se anunció el despido de 222 mil 115 como parte de los planes de ahorró, lo que augura mayor desempleo, más informalidad y creciente delincuencia. Y si los burócratas votaron por López Obrador, serán los primeros agredidos y los mayormente decepcionados.

FINANCIAMIENTO.- El Instituto Nacional Electoral trabaja en la propuesta de financiamiento público a los partidos políticos para 2019 y según sus estimaciones podría ascender a 4 mil 728 millones de pesos. Aunque los consejeros prevén que habrá rechazo ciudadano ante el clamor de que se reduzca el monto de los impuestos que se transfieren a los partidos por ser excesivo, consideran conveniente un financiamiento acorde a los requerimientos de la democracia mexicana que necesita un sistema de partidos fuerte, sano y competitivo.

PACIENCIA.- Hasta cuando le durara la paciencia a Andrés Manuel López Obrador para soportar ser interceptado por personas que le hacen todo tipo de peticiones, la presencia de manifestantes a su llegada y salida de la Casa de Transición o la interrupción de sus conferencias de prensa por los gritos de quienes solicitan audiencia. Posiblemente hasta que asuma la Presidencia de la República, porque a partir de ahí las cosas deberán de cambiar.  En tanto, quizá disfrute la luna de miel que vive con los ciudadanos luego del triunfo en las urnas.

OCURRENCIAS.- La marca CDMX que le ha dado identidad a la Ciudad de México –después de que dejó de ser DF- para la promoción turística nacional e internacional, como NYC a la Ciudad de Nueva York, podría salir de circulación si la próxima Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum acepta que se modifique como propone el nuevo secretario de Turismo, Carlos Mackinlay. Él argumenta que las primeras dos letras no tienen relación con la palabra ciudad ni en ingles ni en francés. Empero, la marca CDMX es ya patrimonio intangible.

Acerca de Juan Carlos Machorro

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