Aún sin clases presenciales el virus no perdona a infantes
Rafael Cienfuegos Calderón
La realidad desmiente el dicho de que la población infantil tiene menos riesgo de enfermar de coronavirus y perecer. En marzo de este año iban 518 muertes de menores en el país, habiendo ocurrido la primera el 13 de abril de 2020. Jorge Alcocer, secretario de Salud federal expresó (7 de marzo) que para los infantes es bajo el riesgo de contagiarse y tener la enfermedad grave de Covid. Unos días después (el 23), Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), expuso a Excélsior que datos de la Secretaría de Salud desglosados por el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), indican que el número de muertos es de 518, a pesar del cierre de escuelas para reducir la movilidad y el riesgo de contagio. Entre el 12 de abril de 2020 y el 14 de marzo de 2021, se pasó de 84 casos de contagio en niños y adolescentes de cero a 17 años a 48 mil 380; 144 por día. Aun así, el gobierno del cambio y la transformación ha dispuesto que el regreso a clases presenciales sea en junio –Campeche ya lo hizo ayer en 137 escuelas rurales-, porque, evalúa, hay condiciones de seguridad en Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, Nayarit, Veracruz, Oaxaca, Campeche y Chiapas, que están en semáforo verde (bajo riesgo). Pero López-Gatell, el médico-científico-vocero-responsable de combatir la Covid, estima que el retorno podría darse con semáforo amarillo (riesgo medio) en Colima, Aguascalientes, Baja California, Durango, Guanajuato, Jalisco, Hidalgo, Quintana Roo, Guerrero, Tabasco, San Luis Potosí, Querétaro, Tlaxcala, Morelos, Sonora, Sinaloa, Michoacán, Puebla y Zacatecas, ya que según el secretario de Salud la evidencia internacional indica que las escuelas no son amplificadores de la transmisión. Mientras, Baja California Sur, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México y Yucatán, están en naranja (alto riesgo). ¿Por qué la prisa? Será porque el Banco Mundial reportó que a causa del cierre de escuelas aumentará la pobreza de aprendizaje, medida por el porcentaje de niños de 10 años que no tendrán capacidad de leer y comprender una lectura simple, o porque para el Presidente las clases presenciales siempre son mejor que las que se imparten a distancia, o porque dice Delfina Gómez, titular de Educación, hay que darles ya un respiro a los niños, hay que sacarlos de los hogares donde corren el riesgo de ser víctimas de maltrato, y hay que dejar que socialicen, o porque se quiere enviar un mensaje que genere confianza. Al gobierno le urge reactivar la economía con la apertura de comercios, pequeños negocios y empresas, y recuperar los miles de empleos formales perdidos, empero antes debe garantizar condiciones mínimas de seguridad sanitaria, que la verdad sea dicha, hay duda de que ya las haya. Además, ¿para qué montar el show del calendario de vacunas para maestros y todo el personal educativo, cuando la asistencia o no de los niños a clases dependerá de la decisión de los padres, cuando no se han acondicionado salones e instalaciones, y cuando diariamente la población recibe el reporte de que siguen los contagios y las muertes porque la pandemia no cede?.
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