Opinión

ATISBOS

Para qué insistir en un fraude de saliva

Rafael Cienfuegos Calderón

En el 2006 no demostró que le hicieron fraude, a pesar de los recursos legales que tiene la Ley Electoral, pero ayer volvió a denunciar que le robaron la Presidencia de México. Responsabiliza al Instituto Nacional Electoral (INE) que dice se coludió con la élite de poder y acusa que ese fue un atentado contra la democracia, como lo es hoy el retiro de las candidaturas de Félix Salgado y Raúl Morón a los gobiernos de Guerrero y Michoacán. A partir de aquel año se vale de solo su dicho para desacreditar a la autoridad electoral, a la que quiere eliminar para crear una nueva institución a modo que esté, para que sea de su agrado, posiblemente bajo el control de la Secretaría de Gobernación. El Presidente expresó muy claro en la mañanera del martes 13: “Yo no le tengo confianza” al INE, “yo le tengo confianza al pueblo, yo he padecido de los de arriba, nos robaron la presidencia”. El Presidente afirma que no odia, que lo suyo no es la venganza, que está a favor del perdón, empero, en los hechos sus acciones y declaraciones muestran lo contrario dado que no olvida. Los antecedentes de los consejeros del INE para él no son buenos, por lo que analiza presentar una reforma para cambiarlos,  pues para que haya democracia, para que no haya simulación y para que no haya intereses hace falta un INE o un nuevo órgano electoral “realmente independiente”. Y por eso va a defender la democracia de intereses cupulares, de mafias y de malandros de cuello blanco. En opinión de José Woldenberg, expresidente del Instituto Federal Electoral, antecedente del INE, (El Universal, 13-04-2021) las agresiones del gobierno y Morena contra el INE son porque ha tomado algunas resoluciones que son adversas para ellos, aunque lo ha hecho con base en la Constitución y la ley, y no obstante que tienen el recurso de acudir al Tribunal para inconformarse, ya que los acuerdos del Consejo General del INE pueden ser impugnados por la vía legal, han creado una tensión y un ambiente que preocupa, porque en el extremo algunos de sus voceros se han atrevido a proponer la desaparición del INE y amenazado con impedir que se celebren las elecciones. Ni siquiera esbozan quién substituiría al Instituto, salvo que en el delirio estén pensando que esa función la puede cumplir la Secretaría de Gobernación como en el pasado. Pero (indica) hay otra lógica, por supuesto no democrática, que a lo mejor sí explica el comportamiento y acciones del Presidente y Morena: quieren alinear a todas las instituciones de Estado a la voluntad del gobierno. Y si no pueden, por lo menos intentan “ablandar” a las cabezas de esas instituciones, y si no pueden, los más febriles empiezan a clamar por su desaparición. En estos momentos  en eso están los que se proclaman defensores de la democracia: el Presidente, Mario Delgado, líder nacional de Morena y sus diputados, y Félix Salgado y sus huestes.

Acerca de Juan Carlos Machorro

El autor no ha proporcionado ninguna información.

Comentarios Cerrados

Los comentarios están cerrados. No podrás dejar un comentario en esta entrada.