Opinión

ATISBOS

Libros de texto, regreso a clases y deserción escolar

Rafael Cienfuegos Calderón

 

En el discurso oficial la educación ha sido tema de resonancia en los últimos días por dos motivos: la decisión presidencial de modificar el contenido  de los libros de texto gratuito de tercero, cuarto y quinto año de primaria para incluir en civismo y ética el triunfo histórico del proyecto de la cuarta transformación, y por la urgencia con que se apresta el regreso clases a pesar de que la gravedad de la pandemia no lo recomienda. La secretaria de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez, recibió la encomienda de convocar a especialistas para que coordinados por la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller (su esposa) cambien el contenido  de los libros de texto gratuito en un tiempo récord de ocho días. Se trata, según fuentes internas de la SEP, de modificaciones importantes a los contenidos en los que se introducen nuevas versiones de la historia, con conceptos como que el actual gobierno “es la consolidación de las luchas históricas que han marcado los momentos centrales del devenir nacional, como son la Independencia, la Reforma, y la Revolución, para concluir que este gobierno es el heredero directo de todos esos anhelos nacionales” (Salvador García Soto, El Universal, 12-04-2021). En cambio, el  reporte del Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) del 24 de marzo que revela que por falta de dinero o la necesidad de trabajar, a causa de la pandemia, 8 millones 800 mil estudiantes de entre tres y 29 años desertaron del ciclo escolar vigente 2020-2021, de escuelas públicas y privadas, pasó de noche y no mereció comentario alguno. La Encuesta para la medición del impacto Covid-19 en la educación, detalló que 2.3 millones de niños, adolescentes y jóvenes no están inscritos por cuestiones asociadas a la pandemia, 2.9 millones por no contar con recursos, y 3.6 millones porque tuvieron que trabajar. Para dimensionar el problema se compara que el número de los no inscritos equivale a casi 24 veces la comunidad estudiantil de la UNAM, que en el ciclo escolar 2019-2020 contó con 360 mil 883 personas en bachillerato, licenciatura, posgrado y propedéutico. Ante ello, el Presidente permaneció mudo en las conferencias posteriores al informe del INEGI, y la secretaria de Educación hizo mutis. Lo que le importa es aparecer en los libros de consulta de la educación básica como el gobernante del cambio, el promotor de la transformación, y quien desterró la “falsa” historia impuesta por las élites de poder y los conservadores, así como regresar lo antes posible a maestros y alumnos a los salones de clase dado que de acuerdo a los otros datos que suele tener, la pandemia está cediendo, hay condiciones para volver a la normalidad en los estados con semáforo verde, y hay suficientes vacunas para inmunizar a todo el personal de los centros educativos, más de tres millones, entre el 15 y 20 de abril.

 

Acerca de Juan Carlos Machorro

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