Opinión

ATISBOS

Sheinbaum entre la “lealtad ciega” y la autonomía para gobernar

Rafael Cienfuegos Calderón

El acatamiento de la  “lealtad ciega” es posible que tenga un alto costo político para Claudia Sheinbaum ante el electorado, pues aunque se cumpliera su sueño de ser ungida candidata a la Presidencia de la República por el líder de la Cuarta Transformación, para ganar la elección necesitaría mayoría de votos. Es evidente que hasta ahora la jefa de Gobierno de Ciudad de México acata y cumple lo que ordena el  Presidente en el manejo de la pandemia aunque no sea lo mejor y lo más conveniente para hacer frente a los contagios que están desbordados y a punto de poner en jaque al sistema de salud con la ocupación de camas generales y con ventilador casi al tope; las muertes, además, no cesan. Lo mismo pasa con el no auxilio financiero al sector productivo porque para el gobierno del cambio no se rescata a nadie que no sea el pueblo. A finales de noviembre, luego de el Buen Fin de once días, Sheinbaum consideró necesario y urgente decretar el semáforo rojo ante la gravedad del ascenso en la curva de contagios, pero como ello implicaría aceptar que la “estrategia” anticovid del gobierno federal está fallando en lugar de dar resultados positivos, el Presidente, a través del bien portado López-Gatell dijo que no y ella tuvo que contenerse. ¿Dónde está la autonomía del gobierno de la ciudad para decidir qué hacer? Se alineó. Fue sumisa, Renunció a esa libertad. Fue sumisa. Optó por la  obediencia y la “lealtad ciega” para no molestar a quien tiene en sus manos su futuro político. Ante la ciudadanía los hechos muestran que Sheinbaum no tiene disculpa. Se tardó en convencer al médico-científico y vocero anticovid de que era ya impostergable el cambio de semáforo de naranja a rojo, lo que ocurrió el 18 de diciembre, luego de que el Presidente aceptó y lo autorizó. Su falta de carácter para tomar decisiones independientes le ha impedido responder con oportunidad y efectividad a las circunstancias tanto de la emergencia sanitaria como de la crisis económica que tienen a pequeños comerciantes y empresarios al borde de la quiebra, amenazan las fuentes de trabajo y conducen a miles de personas a la pobreza, y ello puede derivar en pérdida de respaldo electoral para cuando se renueve la Presidencia de la República en 2024, pero, también, la oportunidad de hacerse de la candidatura por lealtad al líder transformador. Es verdad que faltan tres años y medio, pero también lo es que la crisis sanitaria y sus repercusiones económicas y sociales estarán presentes por mucho tiempo.

 

Acerca de Juan Carlos Machorro

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